La película fue la gran triunfadora del último Festival de La Habana obteniendo cuatro estatuillas, incluidas las de Mejor Película y Mejor Dirección.
La segunda cinta del director boliviano Kiro Russo está gozando de notable reconocimiento en su recorrido de festivales, gracias a su sincera denuncia de la vida de los más humildes de La Paz. El gran movimiento nació gracias a una coproducción entre Bolivia, Qatar, Francia y Suiza, más en concreto de las productoras Altamar Films, Bord Cadre Films, Socavón Cine y Sovereign Films. Después de llamar la atención de la crítica con su notable debut en la dirección con Viejo Calavera en 2016, Kiro Russo se puso a los mandos de la dirección.
La obra está concebida como una sinfonía sobre la vida en Bolivia, poniendo el foco en sus clases más humildes. En su metrópolis confluyen un sinfín de personajes que avanzan entre las principales avenidas de la ciudad, el ruido de la ciudad y el ruido de automóviles constante. Desamparada, la clase obrera se limita a sobrevivir en un contexto de enorme falta de garantías sociales.
Para reflejar esta situación, Russo pone el foco en el protagonista Elder, un joven que abandona su labor en la mina en busca de prosperar en la capital, La Paz. La narrativa lo acompañará en su día a día en la procura de un oficio, sus desventuras cada noche en busca de un lugar donde dormir, sus juergas nocturnas en compañía de colegas en la misma situación.
La cinta, distribuida internacionalmente por Best Friends Forever, obtuvo el Premio Especial del Jurado en la sección Horizontes en el Festival de Venecia, donde tuvo su estreno internacional, pasando posteriormente por festivales de enorme prestigio como San Sebastián o Nueva York hasta llegar al Festival de la Habana, donde se alzó como indiscutible ganadora con cuatro premios.
