A la estadounidense Susan Haglof, sus deseos de ser madre le llevaron a aceptar la adopción de un bebé en Egipto, algo fuera de la ley en este país. La ausencia de documentos que acreditaran su maternidad fue la perdición de Susan y su marido, que perdieron a su bebé para siempre y acabaron dando con sus huesos en la cárcel. Tras vivir una pesadilla con las autoridades egipcias, Susan relata su traumática experiencia en ‘Encarcelados en el extranjero’, que aterriza en Discovery MAX este viernes 4 de marzo, a las 22,00 horas, con la emisión del capítulo ‘No sin mi hijo’ entre otros casos.
Discovery MAX se sumerge de pleno en una realidad que afecta a miles de personas en todo el mundo con el estreno de la exitosa serie internacional ‘Encarcelados en el extranjero’, que aterriza en Discovery MAX el próximo viernes 4 de marzo, a partir de las 22,00 horas. En cada entrega, descubriremos los increíbles casos protagonizados por viajeros encerrados en algunas de las prisiones más peligrosas y violentas del mundo. Historias como la de Susan Haglof, protagonista del episodio titulado ‘No sin mi hijo’, uno de los más desgarradores testimonios de ‘Encarcelados en el extranjero’, que recrea la desgarradora historia de esta mujer estadounidense de 46 años que pagó sus deseos de ser madre con una temporada en la cárcel.
Todo comenzó cuando, junto a su marido, el egipcio Medhat Besada, Haglof encontró la oportunidad de adoptar un bebé a través de una catedral de El Cairo. Cuando el matrimonio tuvo por primera vez en los brazos a su retoño, desconocía que para la legislación egipcia la filiación es exclusivamente biológica y no está contemplada la adopción. Este vacío legal es el que empuja a algunas familias a buscar adopciones en secreto, sin documentos capaces de acreditarla. De este modo, Haglof consiguió su bebé, al que llamó Marko, pero sin que constara en ningún registro oficial.
Los primeros días de felicidad con el bebé se vieron interrumpidos cuando a la madre de Haglof, residente en Estados Unidos, le fue detectado un cáncer. En ese momento, el matrimonio acudió al consulado americano en busca de un visado para el pequeño, con la intención de que viajara con su madre para conocer a su abuela enferma. No obstante, ante la ausencia de papeles, la única posibilidad de Susan fue mentir y firmar un documento en el que aseguraba ser la madre biológica del pequeño, lo que despertó los recelos de los funcionarios estadounidenses, que no dudaron en pedir un certificado médico que acreditara su maternidad. La pesadilla no había hecho más que comenzar.
Los falsificadores del mercado negro se perfilaron como su única opción, una salida engañosa que tampoco convenció a la embajada americana que se apresuró a pedirle más pruebas de su maternidad y a advertirle de que si abandonaba el país con el niño podría ser acusada de secuestro. Haglof, ya inmersa en una vorágine de miedo y angustia, se vio obligada entonces a viajar sola a visitar a su madre.
De vuelta a El Cairo, Susan juró no separarse nunca más de su pequeño. Hasta que la policía llamó a su puerta. Tras ser duramente interrogada, la pareja no sólo tuvo que enfrentarse a la pérdida del bebé para siempre, sino a la posibilidad de cumplir una larga condena en una cárcel egipcia no inferior a 25 años, ya que debían hacer frente a una denuncia por tráfico de personas.
HISTORIAS REALES ALREDEDOR DEL MUNDO
‘Encarcelados en el extranjero’ muestra historias reales, narradas por sus propios protagonistas, de viajeros que han visto cómo se hacía realidad la peor de las pesadillas tras cometer un delito, no siempre de forma deliberada. Verdaderas historias de terror contadas por aquellos que partieron en busca de aventuras, una nueva vida o, simplemente, unas vacaciones, y terminaron viviendo un infierno.
CHINA: La gran mayoría de los prisioneros extranjeros en cárceles de todo el mundo deben su encierro a asuntos relacionados con el tráfico ilegal de estupefacientes. Es el caso de Scott Campbell, que tras organizar un viaje a China con su padre recién divorciado, se llevó la peor sorpresa de su vida. Y es que su padre había planeado un viaje bien distinto: el plan de su progenitor era introducir ilegalmente veinte kilos de cannabis en el país oriental.
BRASIL: El contrabando ilegal también llevo al judío ortodoxo Samuel Leibowitz a ingresar en la peligrosa prisión brasileña de Carandiru, tristemente célebre por albergar un motín en 1992 que terminó en masacre. Un destino terrorífico para un viaje a priori idílico, que Samuel inició cuando un amigo le ofreció unas vacaciones gratis en Brasil. Justo antes del viaje de regreso, la policía le detuvo con un paquete para ese amigo que resultó ser cocaína.
TAILANDIA: Si a la idea del dinero fácil le sumamos un momento traumático que empuja a una persona a buscar un cambio radical en su vida, nos topamos con la historia de Angela Carnegie. Esta mujer de Chicago sufrió un desengaño amoroso y decidió empezar de cero viajando a Tailandia. Allí decide instalarse y empezar una nueva vida financiada con el dinero obtenido traficando con heroína en Bangkok. Pero su plan no salió como esperaba.
SOMALIA: No obstante, no siempre son los viajeros los que se buscan su triste destino. Esta temporada también veremos casos como el de la pareja formada por Tom Hart Dyke y Paul Winder, que estaba recorriendo Centroamérica en busca de orquídeas salvajes y fueron tomados como rehenes por un grupo guerrillero al intentar cruzar de Panamá a Colombia a través del peligroso tapón del Darién. La milicia ilegal también fue la responsable de la pesadilla vivida por los periodistas Nigel Brennan y Amanda Lindhout, que viajaron a Somalia para informar sobre la guerra que asolaba el país y terminaron siendo prisioneros de unos pistoleros durante 432 días.
‘Encarcelados en el extranjero’ se estrena el viernes 4 de marzo, a partir de las 22,00 horas, en Discovery MAX.