El DoP Kiko de la Rica se alzó gracias a Mediterráneo con su segundo Goya a Mejor Fotografía tras el obtenido con Blancanieves. En Cine&Tele consideramos cruciales las labores de postproducción, y más concretamente de corrección de color, para obtener la imagen perfecta de una película, de modo que nos hemos comunicado con Quique Cañadas, colorista del film en Deluxe, para conocer más detalles sobre el aspecto visual que ha seducido a los académicos.

¿Cuál era la visión que tenían el director Marcel Barrena y el cinematographer Kiko de la Rica? «Marcel viene del mundo del documental y a Kiko no le gusta el artificio, aunque no duda en usarlo si cree que es conveniente, de forma que esto parecía abocar la película a un look un poco documentalista, cosa de la que estaba completamente convencido hasta que vi el material», empieza diciendo Cañadas.
No obstante, el colorista cambió un tanto su percepción al observar el material y pudo verla ya como ficción: «Pensé que una cierta épica le sentaría bien. La cosa fluyó desde el primer momento y nos íbamos retroalimentando continuamente, y cuando le mostramos al dire una primera pasada, la acogida fue muy positiva».
Cañadas alaba el trabajo que realizó Kiko de la Rica, con quien ya había trabajado anteriormente y que considera que es «uno de los mejores directores de fotografía del país, con mucho oficio, versatilidad y compromiso, tres cualidades fundamentales para que esta película no sólo saliera adelante, sino que lo hiciera con nota alta».
El etalonador quiere subrayar el mérito de la labor realizada con los complicados contratiempos de producción. «Hablamos de una película con presupuesto ajustadísimo, rodada en islas griegas, donde cualquier solución a un problema estaba a muchas horas de distancia, en la época más dura del COVID, con un equipo local no tan experto como los que tenemos en España, neonazis atacando a los refugiados en las localizaciones a poco tiempo de empezar a rodar y un largo etcétera de situaciones desfavorables. Me parece casi milagroso y por eso creo que el Goya es más que merecido«, destaca.
La paleta de color venia marcada, según admite Cañadas, «por el paisaje, cielo y mar en contraposición a la tierra, las pieles y los uniformes rojos». En los momentos en que no disponían de esos elementos, intentaron «mantener la paleta con grading para armonizar el conjunto».

Tuvieron 3 semanas de corrección de color «intensas pero fluidas», donde tuvieron que esforzarse en «la continuidad de los mares y cielos», pero sin volverse locos, como expone el colorista de Deluxe: «Kiko y yo compartimos el criterio de que hay que igualar hasta cierto límite, el que marca la propia fotografía: no se puede dejar un plano extraño, feísta, sólo por el hecho de mantener la continuidad. Hay que conseguir que ‘pasen bien’ sin toquetearlo demasiado».
El mayor reto para Cañadas fue, sin duda alguna, la secuencia del último rescate: «El arco horario en la ficción era toda una jornada, desde primera hora hasta la noche, pero fue rodada en varios días enteros, es decir, en el montaje final se sucedían planos de diferentes horas, días y condiciones lumínicas, planos con mucho sol a los que siguen planos nublados, planos de mediodía a los que siguen planos de atardecer… Invertimos, como poco, el 30% del tiempo en ella, pero al final quedamos satisfechos».
Cañadas etalonó con DaVinci Resolve con proyección Barco 4K e hicieron máster de video a UHD en un Sony 300. Cabe destacar que trabajaron en el espacio de color ACES. «Es un sistema del que soy muy fan pues nunca me gustaron las LUTs agresivas, prefiero tener la mayor cantidad de información de color posible y con ACES la tienes toda a tu disposición», explica.
A continuación, puedes leer la versión digital de la nueva edición de Cineinforme, dedicada especialmente al Festival de Málaga 2022: