376 eurodiputados respaldaron la no inclusión de los servicios audiovisuales en el ámbito de la ampliación propuesta por el Reglamento de Bloqueo Geográfico de la UE. Por Antonio Carballo
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«En el mercado cinematográfico, ahora mismo, España es un territorio, Francia es otro, Alemania otro, etc. Si desaparece esto y se considera a toda la Unión Europea un único territorio, se produciría un cambio muy radical, muy poco favorable desde luego para la diversidad y la pluralidad de idiomas y contenidos», explicaba Antonio Saura, director general de Latido Films, al recoger el Premio Estrella a Mejor Exportadora del Año, durante la Gala de Cine&Tele del pasado 12 de diciembre. Un día después, en el Parlamento Europeo, se producía la crucial votación que iba a decidir a propósito de la inclusión o no de los servicios audiovisuales en el ámbito de aplicación del Reglamento de Bloqueo Geográfico de la UE. Afortunadamente, la votación salió a favor de la exclusividad territorial.
El geobloqueo desempeña un papel crucial en el sector audiovisual y cinematográfico al simplificar la concesión de derechos territoriales a las partes involucradas en la industria. Esta práctica es fundamental para las empresas implicadas en la obtención de financiación y la distribución de contenidos cinematográficos y audiovisuales en Europa.
Nuestra industria es única en el sentido de que se requiere una inversión inicial antes de que los gastos de desarrollo y producción puedan recuperarse a través de la distribución al público. La concesión de licencias territorio por territorio -adaptándose a las realidades de los mercados nacionales y regionales, a los gustos y preferencias de los consumidores- ofrece la oportunidad óptima de que estas inversiones generen beneficios y de que la financiación se invierta en futuros contenidos. Por lo tanto, el geobloqueo es esencial para salvaguardar las inversiones en obras audiovisuales y el esfuerzo dedicado a llevarlas al público de un territorio específico.
Así, 708 asociaciones se unieron en una declaración conjunta a favor de la exclusividad territorial, demostrando la importancia para el sector, y arrastrando a una significativa mayoría de 376 eurodiputados, que respaldaron al sector audiovisual defendiendo así la diversidad en la cultura europea y la industria cinematográfica.
Gracias a ello, la diversidad del cine europeo permanece a salvo. Veremos por cuánto tiempo…