He rescatado un audio de algo que ocurrió hace años, en la época del 35mm… que es desternillante pero que encierra una gran lección. Por Francisco Lafuente, Director General de CinemaNext Spain & Portugal.
Es una serie de llamadas, al contestador de guardia, del propietario de un cine de un pequeño pueblo que llamaba muy preocupado porque el proyector estaba al rojo vivo, el operador se había puesto enfermo, le había dejado la película enhebrada y le había dicho que sólo tenía que apretar el botón de puesta en marcha…:
-Es que esto va a salir ardiendo. Es que la linterna está muy caliente.
Se estaba poniendo al rojo vivo pero era porque el señor no tenía ni puñetera idea de lo que estaba haciendo. Le habían dicho que proyectara la película.
Pero nadie le dijo que comprobara que el extractor de la linterna tenía que estar encendido, de otra manera la linterna se podía calentar como un iPhone en el salpicadero de un coche en agosto.
Dejaba una llamada en el contestador:
– Es que huele a quemado.
Y a los dos minutos teníamos otra llamada:
– Es que esto está oliendo muy a quemado. Es que vais a tener que venir corriendo.
Y otra:
– Pero es que esto se está poniendo al rojo vivo. Voy a llamar a los bomberos, ¿eh?
Hasta que finalmente, mi padre le devuelve la llamada y le pregunta qué pasa:
– Es que se está prendiendo fuego al proyector. Vamos a salir ardiendo todos.
Y mi padre le dice:
– ¿Pero has comprobado que el extractor de la linterna está encendido ?
– ¿El qué?
– El extractor. Es lo que refrigera la linterna.
– ¡Ah! Eh… vale. Ostras estaba apagado el magnetotérmico. Pues parece que funciona. Si, debía ser eso … Se está enfriando.
Bueno. Estas cosas pasaban hace 50 años. Y siguen pasando hoy.
Quiero decir, los proyectores son mucho más sofisticados y no se encienden al rojo vivo, pero aún así cada semana recibimos decenas de llamadas de toda España con incidencias que ni siquiera ocurrirían si el personal supiera lo que hace. Es lo que hay.
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