El Festival de Locarno es uno de los más prestigiosos en el panorama cinematográfico. En este año tan especial organizó una sección llamada The Films After Tomorrow para apoyar proyectos que se vieron afectados por la crisis de la COVID-19. La argentina Lucrecia Martel se alzó con el principal galardón de esta sección con su documental Chocobar. El Premio Campari fue a parar a otro ilustre realizador como Miguel Gomes, con Selvajaria.
The Films After Tomorrow se creó para ayudar a realizarse producciones con gran potencial que estaban siendo afectadas por la pandemia mundial.
Un jurado compuesto por Nadav Lapid, Lemohang Jeremiah Mosese y Kelly Reichardt ha otorgado su premio principal, que se corresponde con la entrega de 70.000 francos suizos, a Chocobar de Lucrecia Martel (Zama, La ciénaga).
Este proyecto es un documental político que se centra en el asesinato del activista indígena Javier Chocobar y la expulsión de su comunidad de sus tierras en Argentina.
Este mismo jurado seleccionó también al proyecto suizo más relevante para ellos, al que se entrega la misma cantidad. El elegido fue Zahorí de Marí Alessandrini, que curiosamente se ambienta también en Argentina, y que refleja una atípica amistad que surge entre una chica de 13 años de origen ticino y un hombre mayor mapuche.
En el ámbito internacional también destaca especialmente el Premio Campari, que suministra 50.000 francos suizos, que se lleva otra leyenda contemporánea del cine de autor como el portugués Miguel Gomes, con su proyecto Selvajaria, que adapta libremente una novela de Euclides de Cunha que aborda una campaña militar en el siglo XIX de la nueva República de Brasil contra el pequeño asentamiento de Canudos.
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