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¿Invertir en o financiar una película?

17 septiembre, 2024
Esta pregunta me la hago cada vez que veo anunciadas conferencias, encuentros, simposiums, charlas de gurús, etc., sobre financiación cinematográfica donde se habla de financiación de proyectos pero en ningún caso de inversión en proyectos. Por Jordi Carbonell.

¿Financiación? ¿Inversión? Las dos sirven para levantar un proyecto, pero se diferencian una de la otra en el cómo. En la primera, te ofrecen la posibilidad de monetizar los acuerdos obtenidos en las diferentes negociaciones con los diferentes actores que pueden ayudar a un productor a levantar su película, productoras, televisiones y plataformas. ¿Cómo? Utilizando dichos acuerdos como avales para conseguir créditos bancarios, o peor, de prestamistas. Con este sistema se puede conseguir un 80% del presupuesto, pero se incrementan en un 10% los costes ¿Y el resto del dinero? Lo máximo que te pueden dar esos “estructuradores financieros” es un 20% de dicho contrato por la “venta” de los incentivos fiscales asociados al proyecto, que en realidad se queda en un 10% si descontamos sus honorarios incluidos en ese 20%. ¡Ah! se me olvidaba, y ceder un 25% de la Propiedad Intelectual de por vida.

Jordi Carbonell

En la segunda te ofrecen la posibilidad de conseguir la financiación necesaria a través de la incorporación de inversores al proyecto y que posibilitan al productor levantar su película cubriendo la totalidad del presupuesto, incluyendo el lanzamiento y estreno de la misma. ¿Cómo? Si la película es un documental o un cortometraje, a través de Contratos de financiación,  cediendo a estos un 20% de bonificación fiscal (del 30% que le pertenece al productor), y si es un largometraje a través de una AIE combinándola con los Contratos de financiación. Con estos sistemas también se consigue financiar el 80% del coste de producción, en el caso del documental y el corto, y el 100% en el caso del largometraje con los costes financieros incluidos en la operación y sin costes adicionales. ¡Ah! y cediendo un 0% de la Propiedad Intelectual de por vida.

Pues bien, sorprendentemente, los productores siguen prefiriendo mayoritariamente la primera de las opciones, aunque estos lo nieguen (a las pruebas me remito). Es la primera vez que un sector apuesta por seguir trabajando en precario a pesar de que en cada producción salen un poquito más trasquilados, en vez de apostar por la segunda opción donde el presupuesto está supeditado al proyecto y éste puede competir para conseguir su trozo o trocito del pastel de la taquilla.

Y si no es así, que alguien responda a esta pregunta: ¿por qué a la mayoría de ponencias de financiación solo están invitados empresas de créditos, sociedades de garantía recíproca, bufetes de abogados y asesores fiscalistas, y nunca empresas de asesoramiento de inversión (Equity capital, family’s office, etc.) o productores que han conseguido reunir el 80% del capital directamente de la inversión privada?

La supervivencia de la producción independiente, ya sea para hacer cine de autor o de género, pasa por la independencia financiera para poder competir con el resto de proyectos cinematográficos. Todo lo que no lleve a esta máxima se convierte en precariedad del sector.

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