Creado y producido por Zeppelin para HBO Max España, se trata de un formato único con estética y lenguaje de videojuego cyberpunk, cuyo desarrollo ha supuesto más de cuatro años de trabajo. Miguel Martín, Director General de Zeppelin, nos cuenta algunos detalles clave sobre el proyecto que aterriza el viernes en la plataforma.

Time Zone fue uno de los grandes protagonistas de la última edición de Conecta Fiction & Entertainment en la que Zeppelin, compañía creadora de programas 100% originales como El Puente -que ya ha sido adaptado en diez países-, estrenó en exclusiva sus primeras imágenes. Miguel Martín, y Miguel Salvat, VP Original Programming and Commissioning Editor para Iberia de HBO Max, estuvieron en Toledo dando a conocer los pormenores de este innovador formato que la plataforma estrenará mañana.
Se trata de una evolución de los realities clásicos de supervivencia, ambientado en la ficticia Time City, una inmensa instalación abandonada donde transcurre una suerte de videojuego en el mundo real: Time Zone. Fuera de su perímetro hay desierto y polvo. Dentro, emocionantes desafíos a los que se enfrentarán 10 jugadores para pasar de nivel y derrotar a la Master of Time, papel encarnado en la figura de la presentadora de eSports y streamer Cristinini.
«Es un reality de aventuras, ubicado en un espacio totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Este tipo de formatos tienen lugar la práctica totalidad de las veces en la naturaleza: bosques, selva, playa… nosotros hemos construido un universo totalmente diferente, distópico, cyberpunk, que propone llevar a los jugadores a un lugar ficticio que es Time City, un mundo totalmente virtual con una estética, conceptos y mecánica de videojuego, aún siendo un juego físico. En ese lugar todo está vinculado al tiempo que es la moneda de mayor valor dentro del universo», nos explica Miguel Martín.

En referencia a la trayectoria que ha tenido el proyecto hasta su desembargo en la plataforma, el director de Zeppelin nos cuenta que la idea surge hace cuatro años, cuando unos compañeros de Holanda le trasladan la idea de un pequeño formato de supervivencia en el que el tiempo era muy relevante. «A partir de ese protoconcepto, comenzamos a pensar en un reality de supervivencia donde los Time Zones, círculos seguros en los que los concursantes pueden mantener a salvo su tiempo, son los protagonistas. El formato ha evolucionado hasta un punto en el que prima más la aventura y que es mucho más interesante y diferente que la idea original. Esa es la ventaja cuando un proyecto tarda mucho en producirse, que el tiempo -precisamente el protagonista del programa- te permite llevarlo a una dimensión totalmente diferente«.

Uno de los principales retos al que se enfrentan los creativos y productores a día de hoy es conseguir captar la atención de los espectadores, que cuentan con una oferta inmensa a su alcance cada día. A este respecto, Martín nos detalla que desde el primer momento la productora ha intentado que «Time Zone tenga una estética muy poco habitual, que provoque curiosidad, misterio… con un ritmo de edición y contenido trepidante. Están pasando cosas todo el rato, los concursantes no dejan de recibir input para que se desaten acciones. Yo creo que para atraer al espectador de hoy en día, al que muchas veces le cuesta mantener la atención en lo que está viendo, debes darle un producto interesante con muy buen ritmo, ese es el principal ejercicio al que hay que enfrentarse».
Con su estreno, Time Zone se unirá a una lista cada vez más abultada de formatos por los que las plataformas están apostando decididamente en los últimos tiempos. Cuando le preguntamos a Miguel Martín si cree que en algún momento el entretenimiento tendrá un peso similar o superior a la ficción para las plataformas, nos responde que «es posible. La ficción es estupenda pero el reality tiene una autenticidad que no la tiene una serie, por muy bien que transmitan sus actores. Ver ese casting de gente conocida vivir una experiencia única, como se implican y hasta se obsesionan con el juego… creo que para el espectador tiene un atractivo monumental. Igual que ya sucedió a principios de los 2.000, podríamos estar ante un nuevo boom en el que los realities tengan una larguísima vida comercial y gran éxito entre la audiencia.