El streaming enfrenta una transformación impulsada por la sostenibilidad financiera. Producciones como Star Wars: The Acolyte reflejan cómo las grandes franquicias adaptan sus estrategias ante un mercado en evolución, marcando un cambio clave en la industria audiovisual.

En un giro que refleja la turbulencia del panorama audiovisual en 2024, ‘Star Wars: The Acolyte’, una de las apuestas más ambiciosas de Lucasfilm, ha sido cancelada, dejando al descubierto los retos económicos que acechan a las plataformas de streaming. Aunque la serie ya tenía planes para una segunda temporada, su desaparición no es un caso aislado, sino el síntoma de un problema más profundo en la industria.
Según Tom Nunan, ex presidente de NBC, las cancelaciones en servicios de streaming tienen raíces más complejas que las audiencias: «Incluso gigantes como Prime Video o Apple TV+ han descubierto que desarrollar ‘docenas, si no cientos, de series no es sostenible». Más allá de los éxitos recientes, los datos revelan un oscuro secreto: el contenido de catálogo clásico genera números más robustos que las nuevas producciones. Este fenómeno ha llevado a una revalorización del contenido preexistente, con licencias que cruzan fronteras entre plataformas para maximizar ingresos.
La industria, que experimentó un aumento sin precedentes durante la pandemia, ha tenido que recalibrar sus expectativas ante una nueva realidad. Netflix, pionera en la creación de contenido original, ha ajustado su estrategia, reduciendo la cantidad de lanzamientos a favor de un enfoque de “menos cantidad y más calidad”. Ted Sarandos y Greg Peters, codirectores ejecutivos de la compañía, fueron claros: “Las series de nicho deben tener presupuestos más modestos”. Este razonamiento se aplica especialmente a productos como ‘The Acolyte’, que, pese a su culto de seguidores, no alcanzó el umbral de rentabilidad esperado para su elevado costo.
Mientras tanto, Disney+ , bajo la dirección de Bob Iger, también ha reconsiderado su enfoque. En lugar de saturar su plataforma con contenido, ha vuelto a priorizar los estrenos tradicionales en cines, como es el caso de Vaiana 2, un proyecto inicialmente concebido como serie pero reconvertido en película.
Como señala Nunan, la presión de los seguidores rara vez es suficiente para revertir una decisión de este tipo: “Si un monstruo del streaming como Netflix decide cancelar un producto querido por ciertos seguidores, tiene el lujo de hacerlo porque domina el mercado”.
En este contexto, el streaming enfrenta su mayor desafío desde su auge: encontrar el equilibrio entre la creación de contenido atractivo y su sostenibilidad financiera. Con menos espacio para apuestas arriesgadas, las plataformas apuestan por lo seguro, marcando el inicio de una nueva era donde la nostalgia del catálogo clásico parece ser el verdadero rey.