La industria reacciona a la Ley del Cine (II)

11 febrero, 2023

Ayer publicamos la primera parte del reportaje que dedicamos en Cine&Tele a las opiniones de diferentes asociaciones de distintos gremios del audiovisual en España acerca del Proyecto de Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual aprobado por el Consejo de Ministros. Tras la opinión de los productores, en esta entrega nos detenemos en los puntos de vista de distribuidores y exhibidores. Por Carlos Aguilar Sambricio

ADICINE (Asociación de Distribuidores Independientes Cinematográficos)

Presidencia: Lara P. Camiña y Enrique Costa

“Nuestra valoración sobre el Proyecto de Ley del Cine, actualmente en sede parlamentaria, es globalmente positiva, aunque buena parte de su articulado habrá de tener la debida concreción en la reglamentación posterior para conocer realmente su alcance.

Sin embargo, como ya comunicamos al ICAA en el periodo de información pública del Anteproyecto de la Ley, discrepamos profundamente de que la cuota de pantalla para el cine comunitario e iberoamericano descienda del 25 al 20%, lo que creemos que supone un grave perjuicio para la diversidad cultural de la programación de las salas. Máxime cuando se han introducido numerosas categorías de películas que todavía les facilita mucho más ese cumplimiento a los exhibidores. Esta medida, por tanto, sólo favorece a las producciones norteamericanas que llegan a través de las compañías multinacionales.

Por otra parte, respecto a las Ayudas a la Distribución, si bien estamos de acuerdo en que se amplíen a los tres países que, junto a los comunitarios, conforman el Espacio Económico Europeo, necesitamos saber cuáles son exactamente aquellos que figuran en la lista del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE. Porque puede darse el peligro de que, mediante este apoyo, se beneficie a muy pequeñas compañías distribuidoras que únicamente busquen beneficiarse de las Ayudas a la Distribución, en detrimento del sólido tejido industrial imprescindible en nuestro sector.

 Tampoco nos parece operativo el complejo sistema que se instaura para la calificación de las películas. Consideramos que es mucho más práctico el actual, que se efectúa en el ICAA.

Finalmente, habría que reforzar al máximo el Consejo Estatal de la Cinematografía y de la Cultura Audiovisual, en el que ADICINE aspira a estar, ya que, al no ser vinculante para la gestión del ICAA, sino sólo consultivo, puede resultar inútil en la práctica”.

FECE (Federación de Cines de España)

Presidencia: Álvaro Postigo

La valoración por parte del sector es que se trata de un texto continuista, que ahonda en las obligaciones a la exhibición sin preocupación por su futuro. En este sentido, se fiscaliza más la programación de las salas de cine sin una justificación debida, como ocurre con la cuota de pantalla o el control de los contenidos alternativos.

También vemos cómo se desprotege al sector, principalmente a aquellos exhibidores más modestos y que realizan una actividad fundamental en poblaciones de menor tamaño al verse reducido de 12 a 6 meses el periodo de estreno de una película por parte de las administraciones públicas para que puedan hacer una exhibición de manera gratuita o a precio simbólico, lo que desde FECE pensamos que es una competencia desleal”.

¿QUÉ ECHÁIS EN FALTA? La principal medida que echamos en falta es el establecimiento de una ventana de exhibición, con un punto de partida para la negociación que nosotros establecemos en 100 días. Es una medida muy necesaria para la recuperación del sector, que ayudaría a ordenar la industria y facilitaría la comunicación de las películas de cara al espectador.

Ahora mismo, la comunicación de las películas es confusa, el espectador no sabe si es un estreno de cine o de otros canales o si la fecha que se comunica es su estreno en cine u otros canales.

FECE ha tenido conversaciones desde que se inició el procedimiento de alegaciones al nuevo texto de Ley del Cine, con los principales subsectores de la industria, y podemos decir sin miedo a equivocarnos que, a nivel general, la medida, incluyendo una cierta flexibilidad, sería aceptada, por lo que no entendemos cómo desde el ICAA ni siquiera se ha planteado esta opción en el texto.

Por otro lado, echamos de menos el establecimiento de un compromiso claro de políticas para dinamizar la demanda, como programas dirigidos a grupos o colectivos que se han visto muy afectados por el periodo de pandemia.

Por último, desde la exhibición pensamos que el aumento o la vuelta a la normalidad de asistencia de espectadores a cines hará necesaria inversiones importantes en tecnología y adecuación de los espacios en los próximos años, lo que hace imprescindible que el sector acceda a tener incentivos fiscales como ocurre con otros subsectores como la producción”. 

PROMIO (Red de Cines Independientes)

Presidencia: Ramiro Ledo

“El texto de la nueva Ley del Cine toma como base el de la ley actualmente vigente de 2007, del que supone una actualización. En lo que afecta a la exhibición independiente que garantiza la diversidad cultural en su cuota de pantalla, debemos buscar las novedades con la introducción de algunos conceptos que podrían desarrollarse para homologarnos a los países de nuestro entorno.

Es el caso de incluir por vez primera en su redacción los términos ‘terceros países’, ‘obras difíciles’, el de la ‘difusión’ del cine de patrimonio o de mantener el de ‘obras de interés cultural’, conceptos todos ellos que deberán desarrollarse en lo referente a la exhibición cinematográfica.

Como aspectos positivos: la apuesta por agilizar la transparencia y la accesibilidad de los datos de visionados y espectadores en plataformas (que no facilitan ahora mismo datos de audiencia) y cines (facilitando la comunicación de datos al ICAA), algo de debería ir acompañado a posteriori de un esfuerzo por facilitar esta información sin coste a los distintos agentes de la cadena del cine.

Otro aspecto destacado: la definición de “Alfabetización cinematográfica y audiovisual”, que esperamos permita sentar las bases para incorporar la cultura audiovisual a los planes educativos de manera estructural y estimule al mismo tiempo las iniciativas particulares de proyectos de alfabetización en los cines; la promoción de la asistencia al cine en el ámbito educativo.

En todos estos aspectos hemos insistido desde Promio durante los años en nuestra interlocución con ICAA, aunque la principal aportación que asumimos como propia es la previsión de creación de una figura que facilite mecanismos de conciliación, mediación y arbitraje entre los diferentes agentes de la cadena, tomando como referencia al ‘mediador/a del cine’, contemplado en la legislación francesa, que debería poner en valor las buenas prácticas e impedir algunas malas que entorpecen toda la cadena de valor. Esta figura se contempla como una competencia del nuevo Consejo Estatal de la Cinematografía y la Cultura Audiovisual.

La valoración global que hacemos es positiva, sobre todo en las buenas intenciones que apuntan las novedades, aunque también nos parece una oportunidad perdida en otros casos. No podemos dejar de poner de manifiesto, en cualquier caso, independientemente del mayor o menor consenso generado, la permanente voluntad de diálogo y consulta con los diferentes sectores que ha demostrado el equipo del ICAA durante estos años”.

¿QUÉ ECHÁIS EN FALTA? “Nos parece una oportunidad perdida mantener en la redacción de la sección destinada a las ‘Ayudas a la exhibición’ la ambigüedad que permita derivar a las Comunidades Autónomas su convocatoria, algo excepcional con respecto al resto de la cadena de valor del cine y una anomalía, sin duda, pues debe funcionar en su conjunto (y funciona salvo en este caso) de manera sincrónica. Esto sin duda es ya una fuente que genera desigualdad entre las salas de las diferentes Comunidades Autónomas. En cualquier caso, entendemos que es posible justificar e interpretar su redacción para habilitar su gestión centralizada en aquellos casos en que se trate de incrementar la diversidad cultural de la cuota de pantalla, como ocurre en los casos de la creación, la producción y la distribución (‘sin perjuicio de las competencias de las Comunidades Autónomas en estas materias’).

Si a esto le sumamos la reducción de la cuota de pantalla del cine europeo e iberoamericano del 25 al 20%, debemos esperar al desarrollo de las próximas convocatorias de ayudas para conocer el alcance real y su efecto sobre las salas de exhibición independiente (y subsecuentemente, sobre el resto de la cadena, especialmente el de la distribución independiente de cine europeo y de terceros países con baja representación en la cuota de pantalla anual).

Al mismo tiempo, en ausencia de una definición de plazos que establezca una cronología en la exhibición cinematográfica, nos preocupa la previsión del apoyo a la distribución de películas que puedan no estrenarse en cines o hacerlo de manera solamente testimonial, pues en principio parece contraria a garantizar la diversidad en la exhibición cinematográfica. Esto no sería una objeción si existiese una ordenación temporal clara (y flexible) que delimitase los plazos de exposición mínimos entre salas de cine, plataformas, televisiones y demás ventanas de visibilización de las películas”.

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