El pasado sábado día 13 de agosto pudimos ver en el canal Discovery Max uno de sus documentales de la serie Grandes Ingenios, en este caso dedicado a hacer una comparativa entre cinco grandes trenes del mundo para, finalmente, llegar a la conclusión de que el mejor de todos era el TGV francés. Los parámetros que el documental analizaba eran varios: potencia, capacidad de carga y transporte, velocidad, etc.
Como ya venimos estando acostumbrados, en los documentales de producción anglosajona no aparecen nunca referencias de ningún tipo sobre España y lo que desde aquí aportamos a la comunidad internacional. Pero en este caso resulta flagrante el “olvido” de Tren Talgo como uno de los mejores del mundo. Porque probablemente Talgo se habría alzado con el título de “el mejor del mundo” si se hubiesen tenido verdaderamente en cuenta los parámetros de selección utilizados por la productora del documental.
Además de igualar en velocidad y capacidad de carga/transporte al TGV francés, el Talgo de VII generación, en opinión de ingenieros ferroviarios consultados por nuestra redacción, mejora al francés en ligereza (o lo que es igual, en consumo de energía para su explotación), en operatividad (la plataforma de pasajeros del Talgo se encuentra a la misma altura del andén siendo una baza decisiva para el ahorro de esfuerzo y consecuentemente de tiempo por parte de los viajeros, que en el caso del TGV francés deben subir tres peldaños de considerable altura), en seguridad (el centro de gravedad de los trenes Talgo se sitúa mucho más cerca del suelo, por lo que la posibilidad de vuelco es mucho menor), y en resistencia al viento lateral (el Talgo ofrece una superficie mucho menor al ataque del viento lateral, lo que le permite mantener una mayor velocidad de crucero en condiciones climatológicas adversas).
Finalmente, el TGV está construido siguiendo los parámetros clásicos del “boggie” de cuatro ruedas mientras el Talgo utiliza un revolucionario y exclusivo sistema de solo dos ruedas. Esto, unido a la ligereza de su construcción, hace que el Talgo tenga un coste de fabricación mucho menor y que produzca menos de la mitad de estrés y desgaste que un TGV cuando pasa sobre los carriles, con el consiguiente –y considerable– ahorro también en costes de mantenimiento de la red. En pocas palabras, cuando un TVG pasa por las vías, parece un mastodonte; cuando pasa un Talgo, parece una pluma.
¿Por qué nuestros expertos que se dedican a la promoción de la Marca España no actúan de alguna manera para frenar esta continua agresión a nuestros intereses nacionales?
