Con más de 5,7 millones recaudados, Lilo y Stitch se convierte en el salvavidas de un fin de semana donde la mayoría de títulos no supera los 40.000 euros. El cine español resiste en número, pero no en resultados, y la cartelera vuelve a mostrar una preocupante falta de sostén más allá del blockbuster de turno. Por Fátima Jarmouni.
Box Office
El regreso de Lilo y Stitch en versión animada digitalizada se ha convertido en el gran salvavidas comercial del mes. Con 5,73 millones de euros recaudados en su primer fin de semana y una media de más de 15.500 euros por cine, ha superado con contundencia las expectativas y arrastrado a más de 750.000 espectadores. Está en más de 1.100 pantallas y supone uno de los mejores estrenos del año.
Le sigue a mucha distancia otro debut importante: Misión Imposible: Sentencia Final, que no pasa del 1,59 millones en 383 cines. Es una buena cifra, pero queda eclipsada por la magnitud del número uno. Su media por sala, 4.156 euros, muestra solidez pero sin entusiasmo.
A partir del tercer puesto, el desplome es evidente. Destino Final: Lazos de Sangre cae un 50% en su segunda semana y se queda en 511.000 euros, mientras Thunderbolts se hunde otro 60% y apenas supera los 148.000 euros. Una película de Minecraft, en su octava semana, sufre también un duro retroceso con 78.000 euros, aunque su acumulado, cercano a los 16 millones, la consagra como uno de los grandes éxitos del año.
Estrenos
Más allá de los grandes títulos, los nuevos estrenos apenas han hecho ruido. Los Tortuga, comedia distribuida por A Contracorriente, logra 34.101 euros en 69 cines, una media discreta que apunta a una presencia testimonial. Peores son los resultados de Una función inesperada (19.796 euros) o Un buen padre (9.168 euros), ambas con cifras muy bajas y sin arrastre de público. Solo destaca Antes de Nos, con apenas 17 cines pero una buena media por sala: 1.155 euros.
Cine español
A diferencia de otras semanas, esta vez hay hasta siete producciones españolas en el Top 20. Sin embargo, su abundancia no se traduce en impacto real. Solo dos superan los 60.000 euros y ninguna entra en el Top 5.
Una quinta portuguesa, de Filmax, es la mejor posicionada: 65.499 euros en su tercera semana. Le sigue El casoplón con 60.205 euros, aunque con un desplome del 60%. Una función inesperada, distribuida por Vértigo, debuta en el puesto 13 con apenas 19.796 euros y una media por cine preocupante: 213 euros. La buena letra baja un 54% hasta los 12.215 euros, mientras que Presunción de inocencia y Lo que queda de ti apenas suman 9.000 y 8.000 euros respectivamente. Un funeral de locos, aunque ya lleva siete semanas en cartel, cae con fuerza y apenas mantiene 15.163 euros.
Cine independiente
En el margen del circuito comercial, sobreviven unas pocas propuestas. Antes de Nos, distribuida por Atalante, es la que más destaca por su media por cine. El resto , Una función inesperada, Presunción de inocencia, La buena letra, Un buen padre, apenas superan los 10.000 euros, lo que refleja el difícil panorama para el cine fuera del mainstream. La cartelera sigue dejando poco espacio real para estas producciones.
Análisis final
La taquilla de este fin de semana no necesita adornos ni eufemismos: muestra, con números, una fractura clara en el mercado. Lilo y Stitch ha debutado con 5,7 millones de euros, concentrando el 68% de la recaudación total. En el extremo opuesto, Lo que queda de ti apenas ha sumado 8.267 euros en su segunda semana.
Y no hablamos de un Top 20 competitivo. Catorce de las veinte películas han recaudado menos de 40.000 euros, muchas de ellas con medias por cine que no llegan ni a los 300 euros. Hay estrenos que entran con 90 copias y no alcanzan los 20.000 euros, mientras otros títulos caen en picado semana tras semana sin que nadie les preste atención. ¿De verdad esto es una cartelera? ¿O simplemente una acumulación de estrenos sin respaldo, sin recorrido, sin aire?
Esta semana, Lilo y Stitch ha salvado los muebles. Sin ella, la taquilla habría caído por debajo de los 3 millones, y el titular sería otro. Pero la pregunta incómoda es inevitable: ¿qué va a pasar cuando caiga? ¿Volveremos a ver un fin de semana rascando apenas los 2 millones, como ya ha ocurrido este año? Porque más allá del estreno-evento, lo que hay debajo es un desierto. La continuidad no existe, el cine medio ha desaparecido, y los títulos pequeños entran como si fueran culpables de algo.
El cine español, aunque esta semana coloca siete producciones en el Top 20, no escapa a la lógica general: sólo Una quinta portuguesa roza los 65.000 euros; el resto se mueve en cifras muy débiles. Presunción de inocencia, La buena letra, Lo que queda de ti o Una función inesperada apenas son vistas. No porque no haya público potencial, sino porque no hay un contexto que permita que ese público las encuentre.
Este no es un análisis catastrofista, es una lectura cruda de lo que muestran los datos: tenemos una cartelera polarizada, dependiente de lanzamientos puntuales y completamente incapaz de sostener una oferta plural, constante y viva. No se trata solo de espectadores, se trata de estrategia, de voluntad, de visión de industria. Y ahora mismo, lo que más se ve es su ausencia.