El mejor dato del año no cambia lo esencial: seguimos sosteniendo la taquilla con un único gran estreno mientras el resto se apaga poco a poco. Esta vez ha sido Minecraft quien ha hecho de salvavidas, demostrando que el público sí responde… pero no a cualquier cosa. El resto flota, aguanta o desaparece. Y aunque esta semana hay más luz que las anteriores, quizá también hay una pista de por dónde empezar a reconstruir. Por Fátima Jarmouni
Contra todo pronóstico, la taquilla española ha vivido su mejor fin de semana del año. Más de 7,6 millones de euros recaudados y un millón de espectadores devolvieron algo de pulso a unas salas que venían encadenando semanas grises. Pero conviene no confundir ruido con cambio: el responsable del repunte tiene nombre propio —y pixelado—, y más allá de su éxito fulgurante, la cartelera sigue dependiendo de impulsos aislados. Una subida que alivia, sí, pero que también deja claro cuán frágil sigue siendo todo lo demás.
Box Office:
En lo más alto, Una película de Minecraft arrasa con más de 5,1 millones de euros y 690.815 espectadores, estableciendo el mejor estreno del año con un promedio por sala de 15.010 € en 368 cines. El éxito no sorprende: estamos ante una marca que no necesita presentación. Minecraft no es solo un videojuego, es un fenómeno generacional, una forma de creatividad libre que millones de jóvenes (y no tan jóvenes) han hecho propia durante más de una década. La película ha sabido canalizar ese vínculo emocional y lo ha convertido en evento. Cuando el producto conecta con la identidad de su audiencia, no hace falta mucho más.
Un peldaño más abajo, Blancanieves aguanta su tercera semana con una caída del 50%, que suena alta pero en realidad está dentro de lo esperable. Con más de 488.000 € sigue siendo una opción para el público familiar, aunque ya sin la efervescencia de su arranque. Disney sigue jugando a lo seguro, pero el desgaste de los remakes se nota cada vez más rápido. A estas alturas, ni la nostalgia garantiza permanencia.
En tercera posición, A Working Man suma 403.134 € en su segunda semana, con una caída del 34% que no impide que mantenga el tipo. Lo que ofrece es claro: acción directa, protagonista solitario, justicia por mano propia. No hay rodeos ni dobles lecturas, y justo ahí está su fuerza. Heredera del cine de acción de los 80 y 90, la película conecta con ese público fiel que aún busca adrenalina sin sarcasmos y héroes que resuelven con puños lo que el sistema no puede. Puede que el cine haya cambiado, pero ese nicho sigue respondiendo.
Tierra de nadie firma una bajada muy moderada (19%) y suma otros 353.731 €, confirmando que su propuesta tiene recorrido. En un año en que el cine español apenas ha rozado los primeros puestos, su presencia aquí no es anecdótica. Es una prueba de que, cuando se le da espacio a una historia con nervio y contexto, el público responde. O al menos, parte de él.
Y cerrando el Top 5, Wolfgang (Extraordinario) suma 330.469 € en su cuarta semana. Su ritmo es más pausado, pero sigue firme, gracias a un boca a boca que no se ha apagado del todo. Ya roza los 3 millones de euros acumulados, lo que la consolida como uno de los grandes éxitos españoles de la temporada.
Estrenos fuera del Top 5:
Entre los estrenos de la semana, Guillermo Tell se cuela en sexto lugar con 154.750 €. Para un personaje legendario, el dato se queda corto, pero no sorprende: su apuesta por un cine épico y clásico parece algo descolgada del momento. En un mercado donde todo compite por ser ruidoso, este tipo de relatos requieren más paciencia del espectador de la que hoy parece estar dispuesto a dar.
En séptimo puesto debuta Sorda, una película española que con 153.788 € marca un arranque digno. Su fuerza está en otra parte: es una propuesta que habla desde la diferencia, desde el cuerpo, desde lo sensorial. No necesita colarse en el top 3 para dejar huella: lo suyo es resistir, crecer en la conversación y demostrar que hay otras formas de narrar, aunque a veces el circuito comercial no lo ponga fácil.
La huella del mal entra en octava posición con 119.963 €, en un fin de semana marcado por varios estrenos nacionales. Ambientada en el entorno de Atapuerca, la película propone un thriller con tintes arqueológicos que la sitúa fuera de los escenarios habituales del género. Su cifra inicial no es llamativa, pero tampoco menor. Queda por ver si su singularidad será suficiente para sostenerse frente a una cartelera cada vez más impaciente.
Más abajo, Peter Pan: Pesadilla en Nunca Jamás se queda en el puesto 11 con 51.491 €, y un concepto que ni el título termina de aclarar. ¿Es una relectura oscura del clásico? ¿Una rareza de nicho? Lo cierto es que ha pasado más desapercibida de lo que su propuesta extravagante prometía.
Por último, Una vida en secreto arranca en el puesto 18 con 21.468 €, en un estreno que casi pasa en silencio. Y puede que esa sea precisamente su batalla: sostenerse en la sombra, encontrar su público poco a poco. Pero con esa cifra de entrada, lo tiene complicado.
Cine español:
Esta semana el cine español no solo ha logrado mantenerse visible, sino también hacerse hueco en distintas franjas de la tabla con títulos variados. Tierra de nadie y Wolfgang (Extraordinario), ya comentadas en el Top 5, siguen siendo las dos películas que más tracción conservan, una desde su trasfondo social y la otra desde la emoción colectiva. A ellas se suman La huella del mal y Sorda, en octava y séptima posición respectivamente, reforzando una presencia nacional que esta vez no se limita a la zona baja del ranking.
También Los Aitas sigue en cartel, ahora desde el puesto 16, con 25.758 € en su cuarta semana. Su recorrido está siendo discreto, pero constante. No es una película que arrase, pero sí una que ha sabido mantenerse en la conversación, al menos dentro de su ámbito natural: la comedia local que conecta desde la cercanía.
Cine independiente:
El cine independiente, como es habitual, encuentra espacios modestos pero significativos dentro de la cartelera. Diplodocus Smok continúa su recorrido desde el puesto 12, sumando 50.011 € en su segunda semana. Su propuesta animada, distinta tanto en forma como en tono, no apunta al público general, pero mantiene un ritmo constante que le permite sostenerse algo más allá del estreno.
Por otro lado, Anora (puesto 19, con 15.775 €) y Flow, un mundo que salvar (puesto 15, con 27.340 €) descienden posiciones pero se mantienen en el Top 20 tras varias semanas en cartel. Ambas han tenido etapas destacadas, sobre todo con el impulso del Oscar, y aunque sus cifras actuales son más discretas, su permanencia habla de recorrido, no de resistencia marginal. No todas las películas pueden decir lo mismo.
Análisis taquilla:
Después de semanas algo grises, la taquilla española cierra su mejor fin de semana del año con 7,8 millones de euros. La subida es evidente, pero no responde a una tendencia general, sino al arrase de Minecraft, que ha tirado prácticamente sola del mercado. Y aquí conviene matizar: no se trata solo de tener una gran marca, ni de lanzar una más entre tantas. Es el resultado de saber qué película va a tener tracción real, porque hay un conocimiento profundo del público al que se dirige. Minecraft no es otro remake, es una apuesta medida, que conecta porque entiende lo que su audiencia quiere ver. Cuando eso ocurre, los números acompañan.
Aun así, más allá del fenómeno Minecraft, el comportamiento del resto de la cartelera vuelve a mostrar los mismos síntomas. Todas las películas en continuidad han descendido, y algunas de forma considerable. Lo que se recauda, se sigue concentrando en lo nuevo, lo masivo o lo muy puntual. El cine español mantiene posiciones visibles —lo cual ya es importante—, pero con caídas generalizadas. No hay una red de títulos fuertes sosteniendo el mercado, solo islas que logran mantenerse unas semanas más.
Este patrón se repite: la cartelera se mueve por picos, sin constancia, sin equilibrio. Lo que sube una semana, se desploma la siguiente, y lo que sobrevive lo hace en márgenes cada vez más estrechos. Es difícil construir industria así, pero al menos esta semana hay una certeza: el público está. El reto sigue siendo atraerlo más allá del primer golpe de efecto. Y con la llegada de Minecraft, al menos, ganamos un pequeño respiro.
Para concluir, os dejamos también con el gráfico de Comscore que muestra la evolución semanal de la taquilla comparada con la media del mismo periodo comprendido entre 2017 y 2019.