Coproducida por Agalla Films, Dream Team Concept y Left Field, de Galicia, Cataluña y Bélgica respectivamente, el largometraje trata sobre la explotación de las minas de wólfram en la ciudad de Ourense durante la segunda Guerra Mundial. El festival se celebrará entre los días 14 y 22 del próximo mes de noviembre.
Que constituya “una buena historia”, según César Silva, responsable de programación del Festival, junto con el hecho de ser un filme gallego en el que se rescata la explotación del wolfran en las minas de los ayuntamientos más orientales de la provincia de Ourense durante la Guerra Mundial, fueron circunstancias decisivas para que los responsables del certamen se inclinaran por ser fieles a la tradición de abrir el festival con una película gallega o que cuenta historias vinculadas a la Galicia. En la edición anterior ese honor correspondió a la laureada A Esmorga del director rues Ignacio Vilar la encargada de levantar el telón en la sesión inaugural.
Lobos sucios que tendrá en Ourense su estreno en España, está coproducida por las productoras Agalla Films, Dream Team Concept y Left Field, de Galicia, Cataluña y Bélgica, respectivamente, que cuentan con la colaboración del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales, así como de la Agencia Gallega de las Industrias Culturales (Agadic). Está protagonizada por Marián Álvarez (Manuela) y Manuela Vellés (Candela).
El director, Simón Casal, ha manifestado que todo surgió con el documental ‘Lobos Sucios’ de Felipe Rodríguez, que es también coguionista en la película, a partir del que fueron preparando el guión durante dos años. Las localizaciones fueron muy complicadas para reproducir de manera fidedigna la situación que vivían los mineros.
La película refleja la historia de dos hermanas que residen en una zona rural aislada. Una trabaja en el lavadero de la mina y la otra, que se dedica al estraperlo en las montañas. La trama comienza cuando un espía belga tiene la misión de llevar a cabo un sabotaje en el cargamento que van a enviar los nazis a las fábricas de armamento en Alemania. Manuela y Candela son conscientes de toda la complejidad de lo que está pasando allí. Poco a poco descubren la dificultad de la situación y se implican en lo que está en juego.
La explotación del wólfram fue una actividad singular debido a que la maquinaria bélica de los nazis, ademáis del deseado combustible, tenía necesidad imperiosa de un metal poco común, el wolframio. De hecho, las principales minas que abastecían al ejército alemán y a los aliados, estaban en Galicia y en el norte de Portugal. Se trata de un metal sumamente importante en la industria moderna, y muy codiciado por los ejércitos en campaña, pues dada su resistencia extrema, era fundamental tanto para reforzar los blindajes de los carros, como para la punta de los proyectiles. La estrecha relación de Hitler con Franco hizo fácil el abastecimiento de este material, asentando pueblos mineros en Galicia y un holding detrás: Sofindus (Sociedad Financiera e Industrial).
Esa actividad generó montones de historias relacionadas cas minas de wolframio y todas las idas y venidas de espías y guerra sucia en los dos bandos de la gran guerra. Hubo mucha gente que se hizo inmensamente rica, pues los ingleses, conscientes de la dificultad de neutralizar la producción que se hacía en un país neutral, acabaron comprando el wolframio a boca de mina ofreciendo siempre mejores presos que los alemán, ademáis de ofrecer todo tipo de sobornos, estrategia que acabó por reventar el mercado. A pesar de la importancia que tuvo la explotación del wolframio en esa época, el cine apenas se había fijado en ella ata lo de ahora.