Rodado en diferentes localizaciones de madrid, Pipiolos, la vuelta al cortometraje del director Daniel Sánchez Arévalo, pasa a la fase de postproducción. Protagonizado por Marta Etura, Nur Levy, Diego García e Iker Ruiz, la cinta «es un ‘coming of age’ que habla sobre el paso de la niñez a la edad madura (o menos inmadura)».
Pipiolos es el regreso al cortometraje del cineasta Daniel Sánchez Arévalo (AzulOscuroCasiNegro, Primos, La gran familia española) y que actualmente se encuentra en fase de postproducción tras finalizar el rodaje en varias localizaciones de Madrid. Está protagonizado por Marta Etura (AzulOscuroCasiNegro, Las 13 rosas, Celda 211) y Nur Levy (Pasos de baile, En los márgenes), además de los actores noveles Diego García e Iker Ruiz.
Está producido por MariPaz Lara y Sara Muñoz (Bijoux Content), Néstor López y Pilar Sancho (Filmakers Monkeys) y el propio Daniel Sánchez Arévalo (Tinnitus).
El proyecto narra la historia de Pilar e Isabel, y Mario y Jaime. Dos madres. Dos hijos. Una nueva unidad familiar. Una nueva normalidad. Bueno, al menos eso es lo que esperan Pilar e Isabel que ocurra durante la semana de vacaciones en una casa rural, que sus respectivos hijos de 13 años, logren entender su relación, su amor, y que puedan conectar y aceptarse como lo que van a tener que ser: hermanos. Pero claro, hay muchas maneras de conectar y aceptarse.
Declaraciones de Sánchez Arévalo
“Este cortometraje es un ‘coming of age’ que habla sobre el paso de la niñez a la edad madura (o menos inmadura). Pero este cambio no solo se cuenta en los chavales, sino también en la fase de reajuste vital de las dos mujeres protagonistas”.
“Cuanto más mayores nos hacemos, más miedo solemos tener a los cambios y a enfrentarnos a nuestros deseos. Intentamos no hacer daño a nuestros seres queridos y, ¿qué puede ser más querido en la vida que un hijo? En este proceso hacia una nueva configuración familiar, necesitas que tus hijos entiendan tus decisiones y te acompañen. Un proceso no necesariamente fácil, y que cuando se culmina y coloca, también puede abrir en sus cabezas preadolescentes sentimientos e ideas no exploradas antes. Porque el cortometraje va de identidad y despertar sexual, tanto de adultos como de niños. Y también habla sobre la contradicción, sobre tener que elegir (o no) entre la felicidad propia y la de tu hijo”, declara Daniel Sánchez Arévalo.
