La taquilla española rozó los 4,8 millones de euros este fin de semana, un respiro leve frente al bache de días anteriores. Bajo el dominio aplastante de los gigantes de Hollywood —Mufasa: El Rey León (Disney) y The Brutalist (Universal) acapararon el 38% de la recaudación—, el cine independiente y español libra una batalla desigual por conquistar pantallas y público. Un reflejo de una industria que, pese a su talento, lucha por no ser devorada por los mismos leones que proyecta. Por Fátima Jarmouni
Mufasa: El Rey León continúa liderando la taquilla española, con una recaudación de 901.323 €. Aunque ha experimentado una caída del 12% respecto a la semana anterior, sigue siendo el fenómeno de la temporada. Su acumulado total de 17,6 millones de euros demuestra su dominio en la cartelera, aunque es evidente que el desgaste ya comienza a notarse.
En el segundo puesto, The Brutalist de Universal se estrena con una impresionante cifra de 741.960 € en su primer fin de semana. Con un promedio sobresaliente por pantalla, la película se presenta como una de las apuestas más fuertes de cine de autor en la taquilla actual. Su propuesta arriesgada y su temática compleja parecen haber encontrado una audiencia ávida por algo diferente a los títulos de gran presupuesto, lo que marca un contraste interesante frente a las demás películas del top.
La saga de Sonic sigue demostrando su fuerza comercial, ocupando el tercer lugar con 454.928 €. A pesar de una caída del 18%, la franquicia sigue siendo un referente en el cine familiar, con su mezcla de nostalgia y acción. Aunque su rendimiento también empieza a mostrar signos de agotamiento.
El cuarto puesto lo ocupa Conclave, con 340.961 € en su sexta semana en cartelera. A pesar de una leve caída del 6%, la película mantiene su estabilidad en la taquilla, lo que subraya la atracción del thriller político y el suspense en la audiencia española. Cerrando el top 5, Vaiana 2 sigue demostrando su atractivo familiar con 287.297 € en ingresos.
Los estrenos de la semana reflejan un interés por géneros variados, aunque ninguno logra desbancar a los grandes éxitos en cartelera. The Brutalist se posiciona como el debut más destacado, mientras que Flow, un mundo que salvar (285.524 €) y Mala influencia (264.350 €) logran una entrada aceptable.
El cine español sigue enfrentando desafíos en la taquilla, con algunas producciones logrando una presencia modesta frente a la competencia internacional. La fiebre de los ricos ha recaudado 70.326 €, aunque con una notable disminución en la asistencia de espectadores. Sin instrucciones suma 47.271 €, reflejando una recepción más discreta, mientras que La infiltrada, en su decimosexta semana en cartelera, alcanza los 41.714 €. Al cine español no le falta calidad, sino visibilidad.
El cine independiente ocupa una parte significativa de la cartelera. Además de The Brutalist, encontramos otras producciones, como Vivir el momento (108.700 €) y Heretic (118.516 €), que también han logrado captar atención, aunque con un rendimiento más modesto. El 70% de las películas independientes no superan las 100 salas.
La recaudación total de 4,8 millones de euros sigue confirmando la tendencia de estancamiento en la taquilla española, aún lejos de los niveles prepandemia, aunque con una leve mejora respecto a la semana pasada. El 40% de lo recaudado lo aportan tres películas, evidenciando una dependencia a las franquicias seguras. Mientras, el cine español e independiente navega en aguas secundarias, como si el país hubiera internalizado que su cultura audiovisual es un apéndice, no un protagonista.
El estancamiento se debe a varias claves: las distribuidoras siguen priorizando franquicias seguras sobre la diversidad, lo que ha generado un mercado predecible y limitado. Además, el público joven ha migrado a las plataformas de streaming, dejando a las salas con una audiencia mayoritariamente de 40 años o más. La falta de políticas públicas claras para impulsar el cine español e independiente agrava aún más la situación, ya que sin incentivos, el cine local sigue sin encontrar su lugar en una cartelera dominada por grandes nombres internacionales.
El problema no es la falta de talento —España lo tiene—, sino un ecosistema que prioriza el streaming sobre la sala, lo global sobre lo local, lo predecible sobre lo arriesgado.
¿Qué pasa en la taquilla? Pasa que, en medio de la crisis, se libra una batalla silenciosa entre dos modelos: uno que ve el cine como producto de consumo inmediato, y otro que lo entiende como arte, memoria colectiva y espejo social. La pregunta es qué modelo queremos alimentar… antes de que las salas de cine se convierta en un relicario del pasado.
Para concluir, os dejamos también con el gráfico de Comscore que muestra la evolución semanal de la taquilla comparada con la media del mismo periodo comprendido entre 2017 y 2019.
