Con guión de la propia Coixet y la escritora, periodista y guionista Laura Ferrero, el rodaje ha transcurrido a lo largo de cinco semanas y media en localizaciones de La Rioja como Nalda, Ribafrecha y Villalobar.
Isabel Coixet ha finalizado el rodaje de su nueva película Un amor que, como ya comentamos hace unas semanas, es una producción de Marisa Fernández Armenteros para Buenapinta Media, Sandra Hermida y Belén Atienza para Perdición Films la AIE Monte Glauco AIE, que cuenta con la participación de RTVE, TV3, Movistar Plus+, el ICAA y el Gobierno de La Rioja.
Basada en la exitosa novela homónima de Sara Mesa, Un amor ha contado en el equipo con un total de 246 personas entre actores y técnicos y con un 80% de mujeres. La película está protagonizada por Laia Costa, y Hovik Keuchkerian; completan el reparto Hugo Silva, Luis Bermejo e Ingrid García-Jonsson, entre otros.
En palabras de Laia Costa, “hemos vivido un proceso creativo intenso, de la mano de Isabel y su fuente inagotable de magia y matices, un equipo entregado, lleno de talento, cuidándonos unos a otros, y un elemento importantísimo: La Rioja, que más allá del escenario, ha sido un hogar”.
“Me habéis pedido una breve valoración en cuatro líneas de lo que ha supuesto para mí rodar Un amor, me sobran tres: Trabajar con Isabel Coixet es simplemente inspirador”, apunta Hovik Keuchkerian.
En el apartado técnico, Bet Rourich ha estado al frente de la dirección de fotografía. Isabel vuelve a coincidir con profesionales con los que ya ha trabajado como Eva Taboada (dirección de producción); Uxua Castelló (dirección de arte); Jordi Azategui (montaje); Albert Gay (sonido); Suevia Sampelayo (vestuario), o Ainhoa Eskisabel (maquillaje). Al frente de peluquería ha estado, en esta ocasión, Izaskun Macua Ruiz.
La película será distribuida en España por Bteam Pictures y de las ventas internacionales se encarga Film Constellation.
Lo que cuenta Un amor: Tras escapar de su agobiante vida en la ciudad, Nat (Laia Costa) encuentra refugio en el pequeño pueblo de La Escapa, en lo más profundo de la España rural. En una casa rústica y en ruinas, acompañada de un perro salvaje, intenta reconstruir su vida. Después de enfrentarse a la hostilidad de su casero y la desconfianza de los habitantes del pueblo, se descubre a sí misma aceptando una inquietante propuesta de su vecino Andreas (Hovik Keuchkerian). A partir de este encuentro surge una pasión devoradora y obsesiva que consumirá a Nat completamente y le hará poner en cuestión el tipo de mujer que cree ser.