«La Exhibición pierde 250 millones y el Estado ayuda con 20»

17 febrero, 2022

Han pasado dos años desde el inicio de la pandemia  y las salas de cine han  sufrido, y siguen sufriendo, unas pérdidas, en muchos casos, difíciles de soportar. En estos dos años, podemos estimar unas pérdidas en torno a los 250 millones de euros. Durante el año 2020, los ingresos por taquilla se situaron en unos escasos 161 millones, y durante 2021, alcanzaron la cifra de 251 millones; muy lejos ambos de los 615 millones obtenidos en 2019. Por Julio Abengózar, empresario exhibidor de la región de Murcia

Julio Abengózar
Julio Abengózar

Los cierres intermitentes, las restricciones de aforo y, sobre todo, la actitud de las grandes distribuidoras, retrasando estrenos o llevándolos directamente a plataformas de streaming, han contribuido de forma notoria a conformar esta situación.

Para contener este tsunami de pérdidas, el Gobierno puso en marcha unos primeros diques de contención que, en un primer momento y ante la incertidumbre de cual podría ser la duración de la pandemia, surtieron cierto efecto favorable.

La aprobación de los ERTES permitió a muchas empresas descargarse de unos gastos de personal que difícilmente podían soportar con los negocios cerrados o a bajo rendimiento.

Por otra parte, la creación de una línea de créditos subsidiada por el ICO permitió hacer frente a necesidades de tesorería cuando no contaban con ingresos.

Y, por último, sendas convocatorias de ayudas directas a las salas de cine en el año 2020 y 2021, ambas por un importe de 10,3 millones de euros cada una de ellas, amparadas en el Marco Temporal de Ayudas de la Unión Europea aprobado el 19 de marzo de 2020 y sus sucesivas modificaciones.

Por tanto, ante unas pérdidas reales estimadas de 250 millones de euros, el sector de la exhibición ha recibido ayudas directas por importe de 20,6 millones de euros, pues los créditos ICO, hay que devolverlos.

 

¿Cuál es la situación actual?

El sector de la exhibición se encuentra en estos momentos totalmente descapitalizado y endeudado.

Descapitalizado porque las pérdidas acumuladas hasta ahora han acabado con las reservas de capital que las empresas pudieran tener de ejercicios anteriores.

Endeudado porque ante el parón total de actividad sufrido al principio de la pandemia y teniendo que hacer frente a compromisos de tesorería, la mayoría de las empresas recurrieron a los créditos subsidiados por el ICO, los cuales habrá que empezar a devolver en unos meses.

Por otra parte, las restricciones aún siguen vigentes en muchos territorios (aforos, prohibición de venta de productos de alimentación y bebida) y los ingresos por taquilla no terminan de arrancar. Por otra parte, seguimos con los estrenos “taquilleros” con cuentagotas y aún no sabemos cuál será el impacto real que la pandemia habrá dejado en los hábitos de consumo  de cine en salas en los espectadores.

Ante esta incertidumbre de futuro, el Gobierno lanza una gran campaña de apoyo al sector audiovisual con los siguientes elementos:

1.- Procedentes de los Presupuestos Generales del 2021, se han transferido 17 millones de euros a las CC.AA., que procedentes de los Fondos Europeos para la Recuperación, están consignados para la promoción de las salas de cine, fundamentalmente dirigidas a modernización de sistemas y ahorro energético, es decir, a inversión. Deberán ser las CC.AA. quienes convoquen estas ayudas, en el mayor alarde de incoherencia política que el Ministerio de Cultura haya protagonizado nunca. La unidad de acción y mercado con el que el cine funciona en todo el territorio nacional ha dado justificación a actuar siempre de forma directa, amparado en el artículo 149.2 de la CE, que confiere a las competencias en el ámbito cultural, el carácter de competencias concurrentes, esto es, que de igual modo pueden ejercerlas las CC.AA., como el Gobierno Central. Los exhibidores, nunca hemos entendido, ni se nos ha dado explicación alguna, sobre el motivo para romper esta práctica.

Sin embargo, los exhibidores no han sido informados, ni de qué cantidades han sido transferidas a cada una de la CC.AA., ni con qué criterios de reparto entre ellas, ni qué criterios han de seguir estas para la concesión de las posibles subvenciones a las salas, teniendo en cuenta que estas subvenciones no podrán adjudicarse de forma directa, sino que habrá de hacerse mediante el sistema de concurrencia competitiva. Lo más probable es que nos encontremos con 19 comisiones de evaluación con criterios diferentes a la hora de interpretar la norma.

Las CC.AA. tienen hasta junio de 2022 para convocar estas ayudas, pero hasta le fecha ninguna de ellas lo ha llevado a cabo.

2.- Los Presupuesto Generales de 2022 se ven incrementados, en palabras del propio Ministro este mes de enero en comparecencia en el Senado, en 20,5 millones, de los cuales 10,5 irán destinados a producción audiovisual en otras lengua oficiales, y 10 para salas de cine, lo cual aplaudimos, aunque deberemos esperar a saber cuál va a ser el criterio de ejecución de esta partida.

3.- La adaptación del marco regulatorio a la situación actual, que traducido quiere decir:

  1. a) Modificación de la Ley del Cine
  2. b) Aprobación de la llamada Ley del Audiovisual.

La modificación de la Ley del Cine actual, según se desprende de la consulta previa realizada hace unos meses por ICAA, como preceptivo legal a abordar dicha modificación, se trata más de actualizar conceptos y adaptar situaciones obsoletas que de un cambio real. El cambio real debería venir por una regulación clara de las relaciones entre productores, distribuidores y exhibidores, y por una capacidad de actuación ágil y efectiva en la promoción y apoyo al cine europeo. Esto no es posible hacerlo desde la rigidez de los presupuestos generales del estado y el régimen jurídico del ICAA. La creación de una Agencia del Cine, ya prevista en la actual Ley del Cine, otorgaría ese carácter de agilidad, participación y trasparencia que el cine, en su conjunto, necesita.

Cines Teatro Ortega (Palencia). Los exhibidores se están enfrentando a un tsunami de pérdidas en un escenario de gran incertidumbre.
Cines Teatro Ortega (Palencia). Los exhibidores se están enfrentando a un tsunami de pérdidas en un escenario de gran incertidumbre.

Pero  para la creación de una Agencia del Cine es fundamental tener clara su financiación y esta pasa, inexorablemente, por una definición clara de las aportaciones de las cadenas de televisión y plataformas, previstas en la Ley del Audiovisual.

Sin embargo, no parece que esta futura Ley, hoy en discusión, aclare esta situación, pues aunque si establece la obligatoriedad de contribuir a la producción audiovisual, estas pueden hacerlo de forma directa, con lo cual sólo estarían apoyando la producción cinematográfica, no el cine en su conjunto.

Es cierto que el mundo del cine no puede vivir subsidiado continuamente, por eso es necesario establecer programas que afiancen el cine europeo y rebajen considerablemente la dependencia que del cine norteamericano tienen las salas en estos momentos.

Pero, ¿será posible, en el tiempo de legislatura que le queda a este Gobierno llevar a cabo estas reformas legislativas? Mucho me temo que no. La falta de mayorías, las exigencias de los socios naturales del Gobierno, la postura encontrada de la oposición, hacen difícil alcanzar este objetivo.

 

 


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