Nadie lo discute: Hemos entrado de lleno en la era de la información. En un mundo superficial, como el que también nos ha traído los nuevos tiempos, con esa afirmación ya parece que todos estamos contentos. Muy pocos se paran a pensar (pensar cuesta trabajo) que las cosas, todas las cosas sin excepción, se pueden medir de dos formas, por su cantidad o por su calidad. Y, efectivamente, estamos en la era de la cantidad de información. La información nos inunda, nos supera y quizá nos entierre. Pero de la calidad apenas se habla.
En esta casa editorial siempre hemos preferido la calidad a la cantidad. De hecho, nuestro mayor trabajo ha sido, y ahora lo es aún más, seleccionar lo mejor de la información disponible para clasificarla, ordenarla e imprimirla en nuestros medios o difundirla en nuestros portales de internet. Cuando no está disponible la información que deseamos, la buscamos hasta debajo de las piedras. Y si finalmente no es posible acceder a ella, lo denunciamos, como es el caso de la inexistencia de datos sobre el valor de las exportaciones de obras y servicios audiovisuales españoles, dicho sea como ejemplo.
Pero, volviendo al tema de la calidad, ¿cómo se consigue, y cómo se puede medir?
«Nuestro mayor trabajo ha sido, y ahora lo es más, seleccionar lo mejor de la información disponible para clasificarla, ordenarla e imprimirla en nuestros medios o difundirla en nuestros portales de internet»
Dejando a un lado la miríada de medios de “comunicación” que se dedican a copiar y pegar lo que otros publicamos (hecho cada vez más frecuente, que antes se podía perseguir y ahora es misión imposible dada su proliferación), la única forma de medir el esfuerzo informativo de un medio es valorando su creación propia. Y para conseguir un cierto volumen de creación propia es necesario asistir, mejor presencialmente, a los hechos que relatamos. Esta presencia, unida a la inteligencia necesaria para quedarse con el grano y desechar la paja, para publicar reportajes y editoriales que contengan análisis profundos de la situación actual y sus tendencias, es lo que finalmente se puede usar como vara para medir la calidad. En este año que ya pronto concluirá, nuestros esfuerzos han sido titánicos. La insegura evolución de la crisis sanitaria del primer semestre hizo que la mayoría de los grandes eventos, en España y fuera de ella, retrasasen sus fechas de celebración al último trimestre.
Por esta razón, en poco más de 9 semanas hemos tenido que multiplicarnos como nunca antes lo habíamos hecho. Lamentablemente no pudimos asistir físicamente a Conecta FICTION (pero cubrimos el evento gracias a su difusión vía internet) porque toda la redacción estaba volcada en la edición dedicada a San Sebastián y Sitges, que distribuimos en ambos festivales. Una semana después, acudimos con dos ediciones diferentes a dos importantes eventos dentro del mundo de la televisión: la asamblea y feria anual de AOTEC en Málaga (que debía haberse celebrado en mayo), y la primera edición de Iberseries/Platino en el recinto Matadero de Madrid.
La única forma de medir el esfuerzo informativo de un medio es valorando su creación propia
No se habían apagado las luces de Iberseries/Platino, cuando ya estábamos en Cannes con otra edición especial para MIPCOM y una semana más tarde, volvimos a la industria del cine con nuestra edición especial para CineEurope, en Barcelona (que debía haberse celebrado en junio) y pocos días después llevamos a la primera edición de Shooting Locations Marketplace otro número de nuestra revista dedicado a este nuevo evento organizado por la Feria de Valladolid.
Para rematar, en octubre cumplíamos nuestro 60 aniversario y con ese especial motivo organizamos una fiesta en San Sebastián el día 19 de septiembre, incluyendo un regalo muy especial: nuestra edición especial ’60 años’ que en sus más de 140 páginas intenta condensar los hechos más relevantes de nuestra industria durante las últimas seis décadas (o sea, la mitad de la historia del cine desde su invención). Un poco más tarde viajamos a Granada para cubrir la Feria ACUTEL.
Todos nuestros reportajes, todas nuestras entrevistas, la mayoría de las fotos publicadas, son originales nuestras… Muchas veces afirmo que esta casa editorial mía lleva ya varias décadas cubriendo el papel de ‘Agencia EFE gratuita’, pues me consta que nuestros trabajos propios sirven de base para otros muchos medios de comunicación, asociaciones sectoriales e, incluso, instituciones públicas (ojalá el nuevo ministro de Cultura tenga en cuenta mi carta abierta del mes pasado, a la que aún no ha respondido).
La pregunta es: ¿saben ustedes cuál es el coste del gran equipo que se requiere para realizar este trabajo? Y consecuentemente, ¿saben ustedes lo imprescindible que resulta su colaboración?
Antonio Carballo – Editor Cineinforme – Teleinforme – Cine&Tele Online y Spain Export Film & TV