La octava edición del Nostradamus Report ya está disponible. El estudio, publicado por el Göteborg Film Festival, pretende bosquejar cómo será el futuro de la industria audiovisual en los próximos 3-5 años a partir de entrevistas y análisis de expertos.
El nuevo informe Nostradamus se presentó en la 44 edición del Festival de Cine de Gotemburgo, que es el principal certamen de cine en los países escandinavos.
La octava edición, que consta de 72 páginas, ha contado como principal apoyo a la productora Film i Väst, pero también han colaborado Region Västra Götaland, Nordisk Film & TV Fond, Kulturakademin y Europa Creativa MEDIA.
La coordinadora y máxima responsable del informe es Johanna Koljonen pero el trabajo se nutre del conocimiento de expertos como Mariana Acuña (Glassbox Technologies), Elisa Alvares (Jacaranda Consultants), Walter Iuzzolino (Eagle Eye Drama), Marike Muselaers (Lumière Group), Brian Newman (Sub-Genre), Roberto Olla (Eurimages), Alex Stolz (Future of Film), Ari Tolppanen (Aristo-Invest) y Filippa Wallestam (NENT group).
La responsable del informe, Johanna Koljonen, y Cia Edström, responsable del Nordic Film Market en el Festival de Gotemburgo, son quienes se encargan de escribir la introducción del informe.
“El daño causado por la pandemia está lejos de haber terminado. Incluso en el mejor de los casos, los próximos dos años van a estar afectados por la crisis actual”, declaran.
Después de tener que lidiar con las paralizaciones de producción y los cierres de salas de cine, a lo que hay que sumar las alteraciones surgidas en el sistema de ventanas de distribución, los autores creen que es necesario reflexionar acerca del papel que juega cada agente de la industria.
Los festivales han sido importantes durante la pandemia, de una u otra forma. “En un año difícil, los festivales de cine han sido un faro de esperanza para los espectadores y los profesionales”, indican.
“Sí, esta disrupción conllevará destrucción. Y entre las empresas que perderemos y los colegas que tendrán que cambiar de profesión habría habido muchos que podrían haber continuado sin los efectos de la pandemia”, sentencia en la introducción, si bien recalcan con más optimismo que hay un enorme apetito del público por el contenido audiovisual. “Deshacerse de ineficiencias estructurales y cuellos de botella en la distribución abre nuevas maneras de que el contenido conecte con el público adecuado”, añaden.
Los autores consideran que en los próximos cinco años va a haber una oportunidad para redefinir las reglas en la industria, los flujos de trabajo, los modelos de negocio y los formatos narrativos. En su opinión, estas transformaciones deben afrontarse conjuntamente. Como subrayan, “solos o en grupo, el cine es comunidad”.
Por ejemplo, empresas y entidades de tamaño pequeño o medio como productoras, televisiones públicas, exhibidores independientes, festivales y plataformas VOD de nicho pueden asociarse para compartir recursos, talentos y alcance. Los autores podrían ahora negociar en mejor posición o incluso elegir saltarse los intermediarios históricos. “Nada está escrito en piedra y el futuro y nuestra voluntad moldeará la nueva realidad”, resaltan.
El informe contiene 7 capítulos pero queremos profundizar especialmente en el último, que se refiere a la implementación de la Directiva de Servicios de Comunicación Audiovisual. Está escrito por el finlandés Petri Kemppinen, que posee más de 30 años de experiencia en la industria audiovisual. Hasta 2019 era el CEO de Nordisk Film & TV y entonces fundó la consultora P1 Kemppinen.
Como hemos publicado en repetidas ocasiones en Cine&Tele, esta Directiva obliga a las plataformas de streaming que operan en la Unión Europea a que su catálogo incluye al menos un 30% de contenido europeo.
“No todos los países han completado la implementación de la Directiva. La tendencia en los Estados miembros es también instaurar cláusulas opciones para permitir que se les imponga una tasa para apoyar la producción local”, declara el autor.
La obligación de tener un 30% de contenido europeo no es difícil de conseguir, pues es un porcentaje menor que la anterior que tenían los broadcasters tradicionales. De hecho, el incremente de inversión en contenido europeo en los últimos dos años se explica, según el informe, para ir preparando este terreno.
Muchos países consideran, señala Kemppinen, que el porcentaje no es suficiente. En su opinión, dado que es contenido europeo, solamente beneficiará a ciertos países con mayor capacidad de producción o por cuestiones de idioma. De hecho, aquí el autor menciona España como un país que se beneficia de la medida porque puede acoger un buen trozo del pastel de contenido europeo al tener la capacidad de tener un impacto en Latinoamérica.
La posibilidad de que las plataformas VOD financien producción local está recogida en el artículo 12, segundo párrafo. No es obligatorio pero los distintos gobiernos tienen la potestad de ponerla en práctica. Los gobiernos deberán informar de cómo evoluciona esa implementación cada dos años.
¿Quiénes la han implementado ya? A fecha de enero de 2021, Bélgica, Alemania e Italia ya han introducido esta obligación.
“En Bélgica las plataformas pueden elegir entre una tasa de inversión o compra directa de producciones. En Alemania hay una tasa mientras que Italia quiere obligaciones de inversión del 20%”, indica el autor.
Francia está en plenas negociaciones. Se está mencionando un aumento de la cuota que deben pagar los streamers al CNC hasta el 5,15%. Además, una obligación de inversión similar a Italia podría introducirse.
Esta negociación está siendo seguida muy de cerca por el conjunto de Europa. El capítulo recoge el hecho de que una carta de octubre de 2020 firmada por 500 profesionales, incluyendo artistas como Pedro Almodóvar o Pawel Pawlikowski, reclamaban medidas ambiciosas a este respecto, sugiriendo que al menos un 25% de los ingresos en el país por las plataformas debía ser reinvertido en producciones europeas.
Países como Dinamarca, Suecia, Finlandia y Países Bajos se han opuesto a esta regulación y de hecho votaron en contra de este segundo parráfo del artículo 12. Algunos como Países Bajos o Dinamarca parecen haberlo reconsiderado y pueden implementar algún tipo de regulación pero Finlandia y Suecia no están tratando este asunto.
El cambio de algunos territorios se explica por el hecho de que esas medidas no son tan perjudiciales en términos políticos y, por el contrario, ayudan a las industrias locales, más en tiempos de dificultad como el actual.
Las plataformas VOD se opusieron a la medida pero algunos, como Netflix, se están dando cuenta de que es una oportunidad para entrar en cada país. De hecho, abrir hubs de producción es ahora parte de su estrategia, como demuestran los casos de España y Francia..
Otro aspecto que menciona Kemppinen es que también hay viraje en cuanto al tipo de producciones que se apoyan. Hasta hace poco, todo se centraba en el cine entendido como largometraje pero cada vez más se están adoptando políticas de índole audiovisual más integradoras, en las cuales, por ejemplo, las series de ficción se tienen en cuenta.
En definitiva, el informe refleja que en breve las obligaciones de las plataformas estarán alineadas con las de los broadcasters, lo cual es un gran paso para una competencia justa.
Aparte de eso, el resto de capítulos también tienen su interés. En el primero, se indica que los cambios estructurales que se estaban produciendo se han acelerado por lo que continuará la consolidación en los próximos años. A pesar de los cambios en la distribución, la industria se muestra robusta, si bien algunos individuos y empresas están soportando una presión adicional porque, de nuevo, es patente la dependencia del sector del contexto macroeconómico y social.
El segundo capítulo se centra en la producción virtual. Señala cómo los métodos, herramientas y pipelines se habrán normalizado completamente en cinco años. Los flujos de trabajo estarán muy enfocados en la preproducción y en reforzar la colaboración entre departamentos. A nivel tecnológico, rambién señalan aquí que se van incrementar las oportunidades para las narrativas multiplataforma.
“La exhibición en salas no muere pero cambia”, afirman en el tercer capítulo. En su opinión, dentro de cinco años, habrá menos cines funcionando con el actual modelo pero les irá bien y poco a poco habrá más oferta de cines premium. El informe refleja también que la bajada en el sector inmobiliario por la crisis puede ser una oportunidad para modelos innovadores. En definitiva, creen que aunque el mercado disminuirá, el sector se revitalizará como una parte fundamental de la sociedad.
El consumo doméstico es el núcleo del cuarto capítulo. El estudio indica que el gasto de los hogares en plataformas aumentará, combinado con modelos de negocio complementarios. La convergencia del mundo del cine y la TV seguirá beneficiando a la pequeña pantalla.
En el quinto capítulo se aborda la siempre discutida cuestión de las ventanas de distribución, cuya forma se redefinará en los próximos años. Los autores creen que es importante hacerlo de manera innovadora y quien no participe de la negociación, se verá abocado a obedecer las reglas que salgan. En cualquier caso, defienden que se debe mejorar el uso de los datos para obtener un conocimiento de la audiencia más profundo.
Por último, cabe mencionar que en el sexto capítulo se aborda cómo hay una oportunidad para la industria europea en un contexto de una globalización de los contenidos favorecida por un más fácil acceso a través de plataformas. En opinión del informe Nostradamus, puede que el porcentaje de largometrajes caiga un poco pero la producción de ficción en términos generales se mantendrá e incluso puede crecer. Asimismo, remarcan que las estrategias audiovisuales suelen tratar el cine, la TV y el online de forma demasiado separada, por lo que las institucines deben responder a los cambios en la producción y distribución.
Puedes leer el informe aquí.
A continuación, puedes leer la versión online de la nueva edición de Cineinforme dedicada a la Berlinale /EFM y a los Premios Goya:
