El pasado 21 de abril, AMC Theatre de Universal CityWalk reabría sus salas tras una renovación que lo ha llevado a colocarse en la cima de los avances tecnológicos, algo que comparte con el recientemente inaugurado Odeon Sambil que abrieron sus puertas un mes antes.
Con Steven Spielberg como uno de los invitados estrella, el complejo AMC Theatre de Universal CityWalk de Los Ángeles reabría sus puertas tras una profunda renovación, convirtiéndose en el primer complejo estadounidense equipado con proyección láser Christie RGB, un sistema que resalta los colores de forma inigualable; sonido Christie Vive Audio y Dolby ATMOS que permitiendo ajuste de audio sala a sala; pantallas IMAX con Laser y butacas reclinables para ofrecer a los espectadores el máximo confort en sus 18 salas.
El bar, denominado Director’s Lounge, está ubicado en el segundo piso y es en sí mismo una zona de entretenimiento en la que los espectadores pueden tomar una copa, debatiendo sobre la película que han visto o verán.
Steven Spielberg defendió la experiencia de acudir a las salas de cine: «Como cineastas, creamos películas que invitan a los espectadores a adentrarse en otros mundos, aunque sea por un par de horas. En el mejor de los casos, la experiencia de acudir al cine y la calidad de están al mismo nivel que la película que han ido a ver”.
Con toda seguridad, a todas las personas que asistieron a la inauguración de Odeon Sambil en Madrid el pasado 24 de marzo, todas estas novedades les recuerde a los nuevos multicines por las coincidencias tecnológicas: proyección láser Christie RGB, sonido Dolby Atmos y Christie Vive Audio, pantallas de hasta 18 metros en dos de sus salas y unas butacas de alta gama diseñadas específicamente para el complejo.
Y si en Los Ángeles tienen el Director’s Lounge, el lobby de los cines de Madrid es otro de los sellos distintivos del multiplex. Cuenta con 18 pantallas LCD de 75 pulgadas que conforman un enorme videowall de más de 30 metros cuadrados que no deja indiferente a nadie.
Efectivamente Los Ángeles y Madrid tienen algo en común: disponer de los cines más avanzados tecnológicamente en Estados Unidos y Europa respectivamente.