A sus 98 años, Juan Mariné es historia viva del cine español. El mítico director de fotografía, todavía activo en su faceta de restaurador, estuvo hace unos días en Argelès-sur-Mer, lugar que acogió un campo de concentración del que Mariné huyó.
Argelès-sur-Mer es una nueva parada en el rodaje del documental que una productora noruega está haciendo de Juan Mariné.
El campo de internamiento que tuvo esta pequeña localidad fue construido por el gobierno de Francia para recibir a los refugiados republicanos españoles tras el fin de la Guerra Civil Española, en 1939. Unas 100.000 personas fueron recluidas en este recinto.
Las condiciones fueron deplorables y muchos españoles murieron de hambre y/o enfermedad. De hecho, el fotógrafo Robert Capa visitó el campo y lo definió como «un infierno sobre la arena». De ahí que Mariné decidiera escapar. Para ello, hizo un agujero durante varios días y se tiró al mar para huir y no volver atrás.
Ahora, 80 años después, el cineasta ha vuelto a la localidad, lo que ha reactivado sus recuerdos mientras la producción grababa material para el documental.
Durante el rodaje le acompañaron miembros de la Fundación Aula de Cine Colección Josep M. Queraltó de la que Juan Mariné es Patrono de Honor.
Y es que Mariné tiene una vida digna de una película. Ha participado como camarógrafo y director de fotografía en más de 140 películas. Ha colaborado con figuras como Fernando Fernán Gómez, Edgar Neville, Pedro Masó, Jess Franco, José Luis Sáenz de Heredia y José María Forqué.
Su trayectoria se entremezcla con la Historia política de nuestro país. Fue fotógrafo en el frente durante la Guerra Civil, grabó el entierro del anarquista Buenaventura Durruti y rodó películas de propaganda anarquista como Barcelona trabaja para el frente y Aurora de esperanza.
Desde los años 80 se ha dedicado a su labor de investigador y restaurador, una tarea que sigue desempeñando actualmente en la ECAM.