Barcelona y Lérida son las localidades donde se está rodando esta coproducción de la española Segarra Films y la checa Mimesis –con participación de TV3-, sobre el trato inhumano que sufren los inmigrantes en toda la geografía española.
Desde el pasado 25 de marzo se rueda la nueva película de Ramon Térmens, La mujer ilegal. La Modelo, un espacio emblemático, ha sido uno de los primeros escenarios de la filmación. En la cinta la prisión se convierte en un CIE de Lleida. «Hemos cogido La Modelo porque es un lugar ideal y extraordinario desde el punto estético, para rodar. Para la historia nos proporciona la dureza de lo que se vive en estos centros. Son cárceles para gente que no ha cometido ningún delito», explica el director Ramon Térmens, que también es guionista del film junto Daniel Faraldo.
«El proyecto de surge en un encuentro de padres de la escuela de mi hijo», explica Térmens. «Lo típico de preguntar qué profesión tiene cada uno. Es donde conozco Ferran, un abogado que lleva más de 25 años consiguiendo permisos de residencia a inmigrantes, con quien hemos acabado siendo muy amigos. Se las ha encontrado de todos colores. Me explicó todo de casos reales que se había encontrado sobre la inmigración. Me pareció terrible todo el tema de la ley de extranjería, que cada vez es peor, y lo que pasa dentro de los CIE. Empecé a investigar más sobre estos centros de internamiento de extranjeros y, a partir de ahí, se lo comenté a Daniel Faraldo, con quien siempre trabajo. Era justo el momento en que Trump comenzaba con el discurso de los muros con México y le entusiasmó la propuesta”.
La historia: Fernando Vila es un abogado en el ocaso de su carrera profesional que se dedica a ayudar a inmigrantes a conseguir sus permisos de residencia. La muerte de Zita Krasniqi, una joven clienta kosovar de Fernando en el interior de las instalaciones de un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) lo cambia todo. Fernando decide aliarse con Fátima, una activista musulmana, para aclarar las circunstancias de esta turbia muerte que la burocracia del centro ha archivado como “suicidio”. En este proceso conoce a Juliet Okoro, amiga de Zita y atrapada por una mafia que la obliga a prostituirse. Fernando se implica para liberar a Juliet de la mafia y legalizar su situación, pero se encuentra con un rival sin escrúpulos: Oriol Cadenas, un comisario de policía corrupto y racista que siente debilidad por Juliet.
