Nuria González Blanco: «La nominación al Oscar es un espaldarazo y te da credibilidad para conseguir más financiación»

19 febrero, 2019

A escasos días de la celebración de la 91ª edición de los Premios Oscar, Cine&Tele charla en Los Ángeles con la productora Nuria González Blanco, nominada al Oscar este año por el cortometraje de animación Late Afternoon junto con su directora, Louise Bagnall. Es la única española nominada a los premios de la Academia de Hollywood junto al equipo del cortometraje Madre de Rodrigo Sorogoyen.

Por Álvar Carretero de la Fuente

‘Late Afternoon’ trata sobre la demencia senil

Entrevistamos a Nuria González Blanco (Granada, 1980), afincada en Irlanda, sobre su carrera, futuros proyectos y lo que ha supuesto esta nominación. Entre otras cosas, nos revela que en Late Afternoon trabajaron 15 españoles, seis de ellos dentro de la productora irlandesa Cartoon Saloon.

 

Cine&Tele: ¿Cómo empieza una profesional de la óptica en la animación? ¿Cuál ha sido tu experiencia desde que empezaste hasta hoy?

Nuria González Blanco: Yo nací en Granada y me crié en Madrid, estudié la carrera de Óptica, aunque me han gustado los dibujos animados desde que era muy chiquitita. Tras trabajar un tiempo, me fui a Escocia a aprender inglés y me puse a estudiar animación allí, que era una pasión, y al principio me lo planteé como un hobby, intentar cumplir un sueño, Quería probar y me lancé a la piscina, matriculándome en 2007 mientras seguía trabajando en una óptica a tiempo parcial.

Nuria González Blanco

No quería morirme sin intentar seguir mi pasión. Realmente no pensaba ni que iba a encontrar trabajo cuando me gradué en 2010. Cuando terminé la carrera de animación, volví a Madrid. Llamé a algunos estudios para pedir de consejo, ya que me gustaban todos los departamentos y Zacarías de Santiago, productor ejecutivo en Zinkia, me recibió y empecé en el departamento de producción para tener una visión más global de la animación.



Me presenté a unas prácticas de coordinador de producción en el estudio irlandés Cartoon Saloon. Digamos que me enamoré del proceso de producción, desde seguir el desarrollo del talento hasta el ver el producto acabado. Es un fantástico puzle y me encanta la gente. Al acabar las prácticas, Cartoon Saloon me contrató y empecé a crecer desde ahí.

Al cabo de 8 meses, y por la caída de carga de trabajo en el estudio en Irlanda, algo común en la animación, me ofrecieron la oportunidad de volver a Madrid y trabajar en Zinkia, para la cuarta temporada de Pocoyó como coordinadora de producción. Desafortunadamente, la temporada no pudo arrancar en ese momento pero pude aprender mucho de grandes profesionales como Belli Ramírez, cabeza de producción, y Esther Martín, mi jefa de producción.

Me  fui a Londres para trabajar en Passion Pictures tres meses muy intensos en una campaña de anuncios donde desarrollé más mi experiencia con CGI. No me daba miedo volver de jefa de producción a Coordinador de Producción para nada porque eran diferentes puestos, y mi filosofía era ir un pasito para atrás para ir mucho más hacia adelante. Nada importa mientras sigas aprendiendo.


«En España hay muchísimo talento y sigo en contacto con muchos profesionales del sector. Para varios proyectos que tenemos, ojalá pudiésemos trabajar con España»


En Londres recibí una llamada de Paul Young y Gerry Shirren de Cartoon Saloon para que volviera a Irlanda a trabajar en un proyecto de televisión que querían arrancar, la serie Puffin Rock. Puffin Rock es como mi hijo adoptivo, un proyecto precioso que se ha traducido a muchísimos idiomas y también se puede encontrar en Netflix. Al terminar la serie, me ofrecieron el puesto de productora.

Mencionar que también fui una de las jefas de producción en El pan de la guerra (The Breadwinner), que era un largometraje, y con ello he tenido la suerte de trabajar en serie de televisión, cortometraje y largo.

En ‘Late Afternoon’ trabajaron 15 españoles.

Al mismo tiempo, paralelamente a Puffin Rock, produje otro corto que se tituló Violet, que llegó al TIFF (Toronto) o Tribeca y ganó en Galway Film Fleadh. Ese cortometraje, que entró en consideración para los Oscar, me acabó de dar credibilidad para producir de pleno.

 

C&T: Háblanos del segundo cortometraje que has producido. ¿Qué ha supuesto la nominación?

N.G.B.: De momento, la verdad es que no veo grandes cambios. Sí que supone una alegría y un reconocimiento ya que los cortos implican mucho trabajo. Hay mucha pasión y tanto esfuerzo por parte de todo el equipo, que la nominación es ya un premio. Como productora, decirte que es un espaldarazo y te da credibilidad para conseguir más financiación. Hay mucha más confianza, tanto en mí misma como en nuevos proyectos, para seguir trabajando. Había compañeros que bromeaban y me decían: ‘¿Con la nominación ya te puedes retirar? ¡No! Ahora viene lo bueno y hay mucho que aprender’.

 

C&T: Háblame ahora del corto, Late Afternoon, de su historia de cómo empezó todo, cómo pudiste encauzar el talento de la directora como una historia, cómo pudisteis conseguir que una historia tan única fuera tan universal. Como productora, pues, cómo te supuso encauzar el talento creativo de la directora.

N.G.B.: Late Afternoon es la historia de Emily, una mujer con demencia senil que se encuentra desconectada del mundo que la rodea. Emily debe mirar a su pasado, recorrer sus recuerdos y revivir diferentes momentos de su vida para poder abrazar por completo el presente. Yo he trabajado con Louise, la directora, en el estudio y me encanta su estilo y sensibilidad creativa.


«El estilo de animación 2D ayuda mucho a la hora de representar algo tan abstracto como la memoria y los sentimientos».


Fue muy gracioso cómo ocurrió todo a la hora empezar a trabajar juntas en este proyecto. Nos cruzamos por las escaleras y yo andaba corriendo por el estudio y preguntó si podíamos quedar para tomar algo, ya que tenía una idea para un corto, y le respondí sin pensar: ‘¡Sí, sí, mañana quedamos a comer!’ Y seguí corriendo. Luego por la tarde me di cuenta que fue un impulso sin saber nada.

Al día siguiente, pude ver el primer borrador de guion, también varios bocetos, y enganché. Era mi cup of tea. Con un estilo visual sencillo, pero muy efectivo, y fuerte a la hora de transmitir emoción. La historia era muy auténtica, tocando con mucho respeto un tema sensible como es la demencia pero enfocándose también en las memorias felices y preciados momentos en el presente. El personaje tiene demencia y se refleja en el corto con pérdida de memoria.

 

C&T: ¿Y de dónde sacó la directora la idea?

N.G.B.: Es una historia personal de la directora Louise. Ella la escribió también basándose en su abuela. Su abuela no tenía demencia pero sufría pérdida de memoria por otras razones relacionadas con su vejez. Una cosa muy importante que le dio alas a Louise fue la relación entre su madre y su abuela. Esas dos mujeres tan importantes en su vida y, por otra parte, esa pérdida de memoria e identidad, de no saber quién eres y no poder recordar la vida que has llevado.

El estilo de animación 2D ayudó a plantear algunos momentos abstractos referidos a la memoria.

Tanto la directora como yo queríamos ser muy respetuosas con la enfermedad y las familias, ante todo. Y algo muy bonito que ha pasado es que mucha gente se ha sentido identificada con Late Afternoon. Queríamos enseñar cómo la gente que vive con la enfermedad tiene momentos de confusión y es vital que la gente que hay alrededor sean comprensivos. El estilo de animación 2D ayuda mucho a la hora de representar algo tan abstracto como la memoria y los sentimientos. Queríamos darle ese tono que eleva al espectador a conectar con las vivencias de Emily.

Yo no tengo ningún familiar con demencia pero el hecho de trabajar en el corto me ha ayudado a profundizar en la empatía con la enfermedad. Y le ha pasado a mucha gente que ha podido verlo, y emociona cuando te lo cuentan

 

C&T: ¿Cuánto fue el presupuesto del corto?

N.G.B.: Un total de 46.000 euros y lo tuvimos que completar en 10 meses. Screen Ireland y RTÉ, a través de Frameworks, financiaron el corto y Cartoon Saloon también nos dio mucho apoyo ayudando con equipo, talento y promoción.

 

C&T: Aparte de ti, ha habido más talento español trabajando en corto…

N.G.B.: Sí, en total éramos 15 españoles. Trabajando en Cartoon Saloon éramos seis: Jose Manuel Navarro, Herbie Cans, Sílvia Vicente Barris, Jesús Parada Lamas, Martí Furgber y yo. Y el resto fueron freelancers que contratamos , algunos con los que ya habíamos colaborado en el pasado, como Santiago López Jover y Javier Peces, y otros nuevos talentos como Mireia López Ivern, Neus Buades, Daniel Rebollo, Ana Fernández Águila, Cristina Vidal de Torres López, Marisol Ruiz Barturen y Consuelo Cantos.

Fue un gran placer trabajar con todos ellos y una suerte poder contar con un equipo de profesionales no sólo tan dedicados a su trabajo sino también tan agradables como personas.

 


«El crédito fiscal irlandés ha ayudado mucho. En las islas Canarias ya lo podemos ver, cómo está proliferando la industria de la animación tan rápido (…) Ojalá se consiguiera igualarlo en el resto de España».


 

C&T: ¿Qué es lo siguiente para ti en Cartoon Saloon? ¿Qué proyectos tienes?

N.G.B.: De momento, todos los proyectos que tengo ahora en marcha o para desarrollar son de televisión. Ahora estoy de productora asociada en la serie Dorg Van Dango, coproducción con DHX en Canadá para Nickelodeon.

Y estoy también creando mi propio proyecto que se titula Silly Sundays, que presentamos en Cartoon Forum el año pasado.  Estoy muy contenta en Cartoon Saloon, es un estudio muy familiar con gente maravillosa apasionada por la animación.

 

C&T: Vamos a hablar un poco de España, como productora que estás fuera.

N.G.B.: Es gracioso, ya que yo no me fui por la crisis. Simplemente, surgieron oportunidades cuando terminé de estudiar y decidí quedarme en Irlanda. En España hay muchísimo talento y sigo en contacto con muchos profesionales del sector. Para varios proyectos que tenemos, ojalá pudiésemos trabajar con España, pero como todo, es una cuestión de financiación. Y la creatividad al final hay que incentivarla.

El presupuesto del corto fue de 46.000 euros y se hizo en 10 meses.

C&T: ¿Y qué pasos deberíamos seguir en España para encauzar esa creatividad y talento?

N.G.B.: Se puede hacer más siempre, el talento y el sector están creciendo. El crédito fiscal irlandés ha ayudado mucho. En las islas Canarias ya lo podemos ver, cómo está proliferando la industria de la animación tan rápido y su crédito fiscal está siendo la clave.

Ojalá se consiguiera igualarlo en el resto de España. Plataformas como Netflix ayudan mucho también dando libertad al desarrollo de proyectos. Soy muy positiva siempre.

 

C&T: Por último, Nuria, ¿dónde vas a poner en el Oscar si lo ganas?

N.G.B.: Eso no lo pensamos, ya nos sentimos ganadores. He visto y disfrutado todos los cortos nominados, así que el que gane bien merecido está. Pero, por supuesto, si ganamos sería un reconocimiento más para el equipo y todo el estudio, y una excusa para irnos de fiesta un domingo por la noche en Hollywood.

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