El tratamiento a las series en la televisión en abierto: aprendiendo de los errores

17 julio, 2018

El espectador nacional se ha cansado de los comienzos que rondan las 23:00 horas, los estrenos en formato de doble –o incluso triple- episodio y los interminables espacios publicitarios que convierten en una utopía ojerosa la jornada matinal posterior a disfrutar de una serie en la televisión. Desde hace años se viene reclamando un cambio importante en este sentido, y las principales cadenas generalistas empiezan a reaccionar.

La llegada de El Cuento de la Criada a la parrilla de Atresmedia constituye la perfecta excusa para tratar el manido tema del incorrecto tratamiento –maltrato, llegan a decir algunos- que las principales cadenas han otorgado tradicionalmente a la ficción.

Y no es que sea el primer caso de una ficción que triunfa en el extranjero o en plataformas VOD y se pega un batacazo en la televisión nacional–con el ejemplo paradigmático de los errores cometidos con la mítica Lost como referencia-, pero se esperaba que una serie del calado de la creada por Bruce Miller recibiera un trato preferencial en favor de los espectadores.

La propuesta, que desde el año pasado triunfa en los grandes eventos internacionales (Premios Emmy, Globos de Oro) y se consolida como uno de los principales referentes en el panorama seriéfilo, llegaba el pasado mes de junio a la parrilla de Antena 3. Y lo hacía, como no podía ser de otra manera, en formato de doble capítulo a partir de las 22:40 horas.

¿Y qué opina de esto el espectador de la televisión en España? Basta con ojear la evolución de los datos de audiencia. Mientras que en su estreno los registros superaron el 17% con 2.360.000 espectadores, cifra nada desdeñable, los últimos episodios han caído hasta alcanzar cifras que rondan el 12%.

“Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”, que traducido al caso sería “si los espectadores castigan nuestra programación, algo estaremos haciendo mal”. Algo similar deben haber pensado recientemente los responsables de Telecinco y Atresmedia, pues en los últimos días han llevado a cabo dos iniciativas concretas que permiten atisbar un futuro más optimista en este sentido.

En primer lugar, la confirmación de que las series originales de Atresmedia pasarán a tener una canónica duración de 50 minutos constituye una gran noticia. En primer lugar para la compañía, pues le otorgará la posibilidad de que sus propuestas tengan una mayor vida en mercados internacionales tras su paso por televisión. Pero también será positiva para el consumidor intersemanal de televisión, en tanto que los contenidos pasarán a ser más digeribles -en términos de extensión- y dinámicos, que no ligeros.

En cualquier caso, de esta transgresora decisión –aunque parezca mentira, en  el ámbito del audiovisual español que tomaba por dogma la extensión maratoniana de 70 minutos, lo es- se puede extraer que la corporación está pensando en la ficción como algo más que un producto de consumo al por mayor al estilo de la comida rápida, y que planea convertirla en uno de sus pilares fundamentales de cara a un futuro próximo.

En cuanto a Telecinco, ayer llegaba a su programación The Good Doctor, una de las grandes revelaciones de la temporada en EE.UU, que trata la vida profesional de Shaun Murphy (Freddie Highmore) un joven cirujano con autismo y síndrome del sabio que atiende a los pacientes del San Jose St. Bonaventure Hospital.

Y llegó la sorpresa. Teniendo en cuenta que el estreno mantendría el formato de doble capítulo, la cadena decidió adelantar la hora de comienzo del primero a las 22:00 horas, con lo cual el segundo empezaría a las 22:45 y todo habría terminado a las 23:30 horas. Y ha sido todo un acierto.

La audiencia ha recompensado esta decisión volcándose en  masa con una propuesta interesante y adaptada a un horario ‘normal’. Así, el primer capítulo brilló con un 19,1% de audiencia, pero aún más lo hizo el segundo, firmando un espectacular 25,5% reuniendo a 3.543.000 espectadores y consolidándose como la principal opción de la noche.

Vivimos en la edad dorada de la ficción. Los espectadores consumen un volumen elevado de series y desean hacerlo de una manera cómoda en la televisión –en caso contrario, tienen la opción de fugarse a las plataformas de vídeo bajo demanda-. Por lo que se desprende de estas dos iniciativas de las dos principales cadenas generalistas, estas se han dado cuenta de ello y están llevando a cabo maniobras para adecuar su contenido a esta situación ¿Tendrán por fin las series nacionales e internacionales el tratamiento que se merecen en parrilla?

Quizás también te interesen:

Únete a nuestra Newsletter

Más de 1000 personas reciben las principales noticias sobre el sector audiovisual.

Al suscribirte aceptas la Política de Privacidad.